jueves, abril 18, 2024

66 SEMINCI. Sección oficial. Críticas de los doce cortometrajes a competición

Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 66 SEMINCI: 
Cortometrajes de la Sección Oficial

A lo largo de la sexagésimo sexta edición de la SEMINCI hemos podido ver doce cortometrajes a competición en el marco de la sección oficial. Con un claro predominio de los cortometrajes de animación, han sido presentados también algunos de acción real. El nivel medio ha sido bastante ramplón y ninguno ha resultado particularmente sorprendente. Vamos a continuación a dar nuestra breve opinión acerca de cada uno de ellos.

Affairs of The Art (Asuntos del arte) (Joanna Quinn, 2021), Reino Unido/Canadá

La experimentada (ocho cortometrajes hasta la fecha) y premiadísima directora de animación inglesa Joanna Quinn, presenta en Affairs of The Art a Beryl, una mujer de 59 años (curiosamente los mismos que tiene Joanna Quinn) que decide en plena madurez que quiere dedicarse al dibujo y se dedica a retratar a su marido desnudo bajando las escaleras. Con la excusa de recordar que desde pequeña quiso dedicarse a las Bellas Artes, comienza a rememorar su infancia, especialmente las trastadas de su hermana que se dedicaba a maltratar mascotas. A caballo entre la nostalgia y el sarcasmo va saltando a otras etapas de su vida para presentar también a su hijo Colin y contarnos la evolución de su hermana que, obsesionada con su aspecto, se ha operado todo. Con su técnica de animación habitual, dibujos caricaturescos realizados a mano con lápices de colores sobre papel, Affairs of The Art resulta divertido y entrañable.

Affairs of the art


Aska (Clara Milo, 2021), Islandia/Canadá

Bastante histérico cortometraje, filmado en blanco y negro, que muestra a un grupo de jóvenes mujeres vestidas con hábitos negros en plena comunicación con la naturaleza. Una voz en off habla de malos presagios, de cuervos que se mueren, de vida que huye de la tierra. Todo resulta muy tremendista: los gestos de las muchachas son muy forzados, dientes apretados, rostros crispados, aspavientos con las manos y se adivina que están continuamente gritando aunque afortunadamente no se las oye. Hablan de deidades de la naturaleza, de maldiciones y de encuentros con la muerte hasta que finalmente sienten el llamamiento de un volcán en erupción y se dirigen hacia él. Sólo apto para iniciados.

Aska


Duo Li (Lili sola) (Zou Jing, 2021), China/Hong Kong/Singapur

La primera secuencia, a modo de prólogo, la vemos a través de una puerta, la voz de un hombre (en off) grita a una mujer que necesita dinero para un tratamiento y amedrenta a un niño que lo único que acierta a decir es «no pegues a mi madre». A partir de ahí acompañaremos a Lili, la mujer en cuestión, en una casa de hospedaje sometiéndose a un tratamiento de fertilidad para convertirse en madre de alquiler. Lili sola ofrece una visión descarnada de la maternidad subrogada incluyendo sus cuestiones éticas y todas las circunstancias turbias que pueden producirse a su alrededor. La mujer está terriblemente sola y sumida en el peso de la culpa por determinadas circunstancias del pasado que vamos conociendo paulatinamente. Excelentemente filmado, resulta estremecedor.

Duo Li


Easter Eggs (Huevos de Pascua) (Nicolas Keppens, 2020), Bélgica/Francia/Países Bajos

Cortometraje de animación con el plano en formato cuadrangular (Instagram). Ningún hallazgo visual que valga la pena, animación ramplona, dibujos feístas y argumento un tanto sórdido. Dos ¿amigos? adolescentes, Kevin y Jason, tienen una extraña relación en la que Jason parece depender demasiado de las opiniones y actos de Kevin. Un restaurante chino abandonado por la muerte de su dueño, unos pájaros a los que quieren liberar… y Jason que empieza a confesar todas las veces que Kevin le ha maltratado. En fin, una juerga de argumento en quince minutos.

Easter Eggs


I Gotta Look Good For The Apocalypse (Tengo que ponerme guapo para el apocalipsis) (Ayçe Kartal, 2021), Turquía/Francia

Empiezan a verse en los Festivales de cine proyectos concebidos durante el confinamiento por la pandemia Covid19, no todos ellos con el mismo acierto. En Tengo que ponerme guapo para el apocalipsis se tratan digitalmente imágenes que el autor del corto, Ayce Kartal, encontró en la red. Con ellas y otras creaciones animadas, adopta la concepción estética de un videojuego para hablarnos sobre cuarentenas, muertos por Covid y confinamientos. Lo más destacable son los créditos finales en los que utiliza la canción That´s Life popularizada por Frank Sinatra con la letra adaptada a la situación que vivimos durante la primavera de 2020. El resto es absolutamente olvidable.

I Gotta Look Good for the Apocalipse


L’enfant salamandre (El niño salamandra) (Theo Dégen, 2020), Bélgica

Rozando casi el mediometraje, el belga Theo Dégen se toma 26 minutos para contarnos la historia de un chico con un trastorno de comportamiento no especificado (al menos de un modo explícito) que cree que puede comunicarse con los muertos a través del fuego. Es por esto que está continuamente fascinado por el fuego en todas sus manifestaciones y aparte de vestir de una manera excéntrica (camiseta de futbol y gafas de buceo) hace las suficientes cosas extrañas como para que en el pueblo donde vive todo el mundo se burle de él o incluso lleguen al abuso. El niño salamandra obtuvo el primer premio en la sección Cinéfondation de la pasada edición del Festival de Cannes. Filmado con cierto sentido narrativo, su mayor hándicap es su innecesariamente larga duración.

L’enfant salamandre


Mauvaises herbes (Malas hierbas) (Claude Cloutier, 2020), Canadá

Una planta con forma de pájaro y otra con forma de rana se disputan comerse las moscas que pasan a su alrededor. Todo parece configurarse como una metáfora de la rivalidad, la competitividad y la voracidad de la sociedad capitalista. La pelea saca lo peor de cada una de ellas llegando al exterminio, y con el fin de la competencia termina la disputa y la retroalimentación con que se daban vida una a otra. Imaginativo a nivel conceptual, con algunos hallazgos visuales muy brillantes y momentos divertidos, Malas hierbas es el decimocuarto cortometraje del animador canadiense asentado en Quebec Claude Cloutier.

Mauvaises herbes


Mi última aventura (Ramiro Sonzini, Ezequiel Salinas, 2021), Argentina

Filmado en la ciudad argentina de Córdoba durante la noche, una voz en off acompaña las imágenes. Pelu y Jandro son dos delincuentes que dan pequeños golpes durante la noche. Parece que se plantean dilemas morales pero es difícil encontrar un nexo coherente entre la narración y las imágenes. Los directores Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas parecen más preocupados por lo fílmico que por lo narrativo, se valora su esfuerzo por captar imágenes bellas, por jugar con la luz y por llenar el cortometraje de canciones, hasta cuatro en quince minutos. Demasiadas.

Mi última aventura


More Happiness (Más felicidad) (Livia Huang, 2021), Estados Unidos

En una edición en la que predominan los cortometrajes de animación, uno agradece encontrarse por fin con uno de acción real. Pero el agradecimiento dura poco porque es tan críptico y tan metafórico que me resulta prácticamente incomprensible. Leo la sinopsis que figura en el programa y tampoco me aclara gran cosa. La guionista y directora Livia Huang, en un alarde de originalidad, habla del amor y de la felicidad, pero lo hace a través de imágenes que probablemente solo tengan conexión en su mente. Una secuencia con dos cines en un estanque mientras dos mujeres hablan sobre lo que las mujeres chinas buscan en el amor, más tardes sacamos en conclusión que son madre e hija. Planos en los que juega con la iluminación en las ramas de los árboles se alternan con lo que parece el techo de un túnel por el que se oye pasar un tren. Una mujer juega con un periquito y finalmente se lo mete dentro de la camiseta introduciéndolo por el escote, el periquito se asoma, más frases sobre la felicidad mientras dos mujeres se aman, una llora. Un fundido a negro y el corto termina con una mujer meciéndose hacia atrás y adelante al compás de una música bastante disonante. Más propio de una instalación audiovisual en un museo de arte contemporáneo que de un festival de cine.

More Hapiness


The Hangman At Home (El verdugo cuando llegue a casa) (Michelle Kranot, Uri Kranot, 2020), Canadá

Sobre la idea de la vida personal de un verdugo escribieron Rafael Azcona y Luis García Berlanga una de las mayores obras maestras de la historia del cine español en El verdugo (1963). Ahora, esta idea se nos presenta revisitada en este cortometraje de animación canadiense estructurado en varias secuencias de diversidad cromática que nos introducen a una serie de personajes inconexos que viven diferentes soledades en diferentes colores. Un hombre solo pone un gramófono al llegar a su casa, otro cuida de una anciana, una mujer embarazada es asaltada y se dispone a quemar sus libros, en otra de las secuencias un padre juega con su pequeña hija y finalmente se nos presenta otra en la que un joven se pone un preservativo, no se sabe muy bien para qué pues está también solo. Todo gira de una manera pretendidamente poética sobre la pregunta ¿en qué piensa el verdugo cuando llega a su casa y se sienta con su mujer y sus hijos?. Las intenciones narrativas no son evidentes para el espectador medio, sin embargo la plasticidad de las imágenes, las texturas y los juegos cromáticos de las viñetas confieren un bonito acabado al cortometraje.

The Hangman At Home


Papyni Krosivky (Los playeros de papá) (Olha Zhurba, 2021), Ucrania

Otro de los cortometrajes de acción real, Los playeros de papá se adentra en un internado de acogida ucraniano para niños víctimas de abuso. Sasha de trece años va a ser adoptado por una norteamericana. En 19 minutos, la directora Olha Zhurba nos muestra los últimos días de estancia en el centro antes de irse, las dudas e inseguridades del muchacho en medio de un ambiente un tanto hostil provocado por unos compañeros que en cierto modo le envidian. La adoptante norteamericana es presentada de una forma un tanto arquetípica. Tiene buenas intenciones y está bien filmado pero es prontamente olvidable.

Papyni Krosivky (Los playeros de papá)


The Windshield Wiper (El limpiaparabrisas) (Alberto Mielgo, 2021), España/Estados Unidos

Coproducción entre España y Estados Unidos para presentar el sexto cortometraje de Alberto Mielgo, español afincado en Estados Unidos donde ha sigo galardonado con un Emmy en 2013 por su trabajo como director artístico de la serie Tron: Uprising. También ha escrito y dirigido uno de los episodios de la serie de Netflix Love, Death and Robots, concretamente el titulado The Witness que fue premiado con otros tres premios Emmy.

En El limpiaparabrisas, Mielgo escribe una suerte de historias cruzadas sobre el amor y el desamor, gente que busca sin encontrar, gente que lo encuentra y no es capaz de verlo, conversaciones cazadas al vuelo en un bar o desde un satélite. Estructurado en varias viñetas que se van alternando y poblando por personajes urbanos en un ambiente urbano salvo una de las viñetas que tiene lugar en una playa, El limpiaparabrisas, especie de metáfora para expresar la limpieza entre una relación que termina y otra que empieza, se sitúa en la época de las aplicaciones para conocer gente que no es capaz de comunicarse cara a cara y gira permanentemente en torno a la misma pregunta ¿qué es el amor?. Excepcional desde el punto de vista visual y aceptable desde el narrativo, el cortometraje termina con la canción «We might be dead tomorrow» de Soko que pone un hermoso broche final.

The Windshield Wiper (El limpiaparabrisas)

 


 

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