El mundo ya conoce a Britney Spears: intérprete, artista, icono. Pero, en los últimos años, su nombre se ha visto vinculado a otro término más misterioso en público: curatela. Britney vs. Spears cuenta la explosiva historia de la vida de Britney, así como su búsqueda pública y personal de la libertad.
Este largometraje de Netflix, que ya está disponible en la plataforma, contiene un trabajo de investigación de años, entrevistas exclusivas y nuevos documentos, ofreciendo un retrato exhaustivo del recorrido de esta estrella del pop, desde una chica cualquiera hasta la mujer atrapada por la fama, la familia y por su propia condición jurídica.
Britney vs. Spears muestra la vida de Britney sin recurrir a las traumáticas imágenes que la han definido en el pasado. La directora Erin Lee Carr (How To Fix a Drug Scandal, Dirty Money) y la periodista Jenny Eliscu colaboran para ahondar en la enrevesada historia de la curatela, que ya lleva 13 años en marcha.
Así, la película teje una impactante cronología de viejos y nuevos protagonistas, citas secretas y la lucha de Britney entre bastidores por lograr su autonomía. Los mensajes de texto y el buzón de voz, así como nuevas entrevistas con personajes clave, dejan claro lo que la propia Britney ha atestiguado: que aún tiene que contarse toda la historia.
Ojo, no debemos confundir este largometraje con La batalla por Britney, un documental que se estrenó hace unos meses en Movistar+ que cuenta con los testimonios de ambos bandos e incluye entrevistas nunca antes vistas con el maquillador de Britney Spears, Billy Brasfield; su ex coreógrafo, Brian Friedman; el famoso bloguero Pérez Hilton o la abogada Lisa MacCarley, entre otros.