jueves, abril 25, 2024

AMFF 2021. Crítica de ‘Julia & I’: Íntimo diario audiovisual

Las críticas de David Pérez «Davicine» en el AMFF 2021:
Julia & I

La amistad entre dos amigas íntimas que viven al límite en Copenhague filmada por una de ellas durante los cuatro años más importantes de sus vidas. Julia & I es uno de los tesoros mejor guardados del Atlántica Mallorca Film Fest, una de las experiencias más intensas y emotivas por la que muchos recordarán este festival. Dirigida por Nina Hobert, está protagonizada por la propia Hobert junto a Julia Werup. La película se proyecta en el AMFF 2021 de Filmin.

Una historia de amor sobre la amistad

Cuando Nina pierde el deseo de vivir, empieza a grabar a su amiga Julia. Aquí empieza una historia de amor sobre su amistad. A través del desprecio a sí mismas, las adicciones, el arte, la música y las enfermedades mentales, viajamos al mundo de Nina y Julia en la búsqueda por traer un poco de paz a su atribulada existencia.

A modo de diario personal, tanto por la intimidad con la que se cuentan los hechos como en los detalles que muestran, Nina Hobert ha rodado la hermosa amistad que tiene con su amiga Julia mientras comparten buenos y malos momentos, fiestas locas y confesiones íntimas, en su camino por averigurar su camino hacia la felicidad en la vida.

Como cualquier diario, todo rodea a la persona que lo cuenta, pero no necesariamente tiene que estar en primer plano, quedando gran parte del tiempo Nina fuera de cámara, aunque su voz en off nos recuerda constantemente que son sus vivencias y emociones las que vemos y sentimos, dando como resultado una película mucho más íntima que si tan sólo viéramos sus peripecias sin esa voz que narra los acontecimientos y reflexiona sobre el sinsentido de la vida.

Más allá de la voz

Al tratarse de grabaciones personales a modo de documental, las protagonistas de Julia & I se muestran naturales, como si la cámara fuera una extensión de si mismas, algo también lógico dado que vivimos en la época de los selfies y de la publicación de todo tipo de intimidades y reflexiones en las redes sociales, estando más que acostumbrados los jóvenes a mostrarse como son frente a las cámaras (o al menos mostrarse como quieren que les vean otros). Pero los vídeos alcanzan unos niveles de intimidad increíbles al ser reforzados por la vulnerable voz de Hobert.

Desde el mismo monólogo inicial sabemos que estamos ante un retrato íntimo de una vida, independiente de la franja de tiempo que nos muestren, una vida que para ella es insignificante aunque haya alcanzado el éxito. La película está escrita por la propia vida, no hay un guion que seguir y que permita saber lo que acontecerá a cada paso que dan estas amigas, pero el choque de trenes que suponen las formas de ser de cada una de ellas ayuda a que sea un documental dinámico que vaya más allá de lo que Julia nos cuenta con su voz.

Los excesos acaban pasando factura

Junto a Julia tenemos a Julia Werup, una auténtica fuerza de la naturaleza dispuesta a lanzarse a una nueva aventura sin mirar las consecuencias, disfruta a disfrutar con quien se encuentre en su camino y no rechazando jamás la idea de ir a una fiesta. Es una poeta y cantante que no quiere una vida  marcada por la rutina y la cotidianeidad, a la que parece no importar la factura que luego puedan pasar sus excesos. Aún así, tienen mucho en común, pues ambas no son capaces de encontrar el verdadero sentido a sus vidas, aunque ambas lo manifiesten de formas muy diferentes.

Cuando comenzaron a grabar el documental es difícil imaginar que pensara que acabarían como acabaron, pero ni entrando Werup en rehabilitación ni Hebert en psicoterapia dejan de filmar, herramienta que emplean también para ayudarse a si mismas en sus procesos de recuperación de salud, tanto física como emocionalmente. Esta parte de sus vidas no hace más que reforzar la sensación de vulnerabilidad que tienen y la incapacidad por ser capaces de encontrar algo que realmente les de sentido a sus vidas.

Visual y sonoramente íntima

Las historias que vemos, acompañadas de la voz de Hobert, no alcanzarían la intensidad que muestran si no tuviera un diseño visual sorprendente, pues lejos de parecer una mera sucesión de grabaciones en mano sorprende el diseño de la película, alternando el realismo con el surrealismo, pasando de escenas íntimas a otras oníricas, sin estropear la imagen global del documental.

Y si el aspecto visual está cuidado a la hora de realizar el montaje final, la música también juega un papel importante, en gran parte como consecuencia de ser Hobert compositora, empleando música propia pero también realizando un impecable trabajo de edición sonora, no faltando melodías que marquen el ritmo perfecto para cada imagen.

Julia & I es un íntimo diario audiovisual que nos adentra en la mente de Hobert como espectadores privilegiados de sus pensamientos y emociones. Una película en la que debemos dejarnos llevar por este viaje emocional como si se tratara de la última aventura de dos jóvenes amigas que saben que pronto todo terminará.


¿Qué te ha parecido la película?

Julia & I

8

Puntuación

8.0/10

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