Las críticas de Daniel Farriol:
La posesión de Mary
La posesión de Mary es un filme de terror estadounidense dirigido por Michael Goi (Megan is Missing) y escrito por Anthony Jaswinski (Infierno azul, The Vanishing). La historia sigue a una familia que con la ilusión de abrir un negocio de transporte adquiere sin saberlo un viejo barco que encierra una terrorífica maldición. Una vez estén mar adentro entablarán una lucha contra fuerzas sobrenaturales para sobrevivir. Está protagonizada por Gary Oldman (La mujer en la ventana, Mank), Emily Mortimer (Relic, La librería), Stefanie Scott (Insidious: Capítulo 3, Girl in the Basement), Manuel García-Rulfo, Owen Teague, Chloe Perrin, Jennifer Esposito y Michael Landes. La película se estrenó en salas en España el día 26 de Junio de 2020. Puedes verla en Filmin y Rakuten TV desde el 21 de Julio de 2021.
Aceptamos barco como animal acuático embrujado
La posesión de Mary utiliza el manido esquema del subgénero de las casas encantadas y se lo lleva a alta mar. Aunque no es la primera vez que nos encontramos en el interior de un barco fantasma la idea merecía tener un tratamiento menos rutinario que aprovechase la localización. La angustia de estar siendo atacados por un espectro y que la única salida sea la inmensidad del océano era a priori un punto de partida bastante sugerente y lleno de posibilidades. Lástima que no se aproveche.
Michael Goi tuvo un debut prometedor con Megan is Missing (2011), pero a partir de entonces se ha convertido en un director de encargo esencialmente dedicado a grabar capítulos para series de televisión enfocadas al género fantástico como Sleepy Hollow, American Horror Story, Swamp Thing o Las escalofriantes aventuras de Sabrina. Acostumbrado a trabajar bajo las directrices creativas de otros pone aquí el piloto automático y nos ofrece una puesta en escena absolutamente impersonal.
Ni Gary Oldman o Emily Mortimer pueden evitar el naufragio
Tampoco se le puede echar toda la culpa a Michael Goi de lo insípida que resulta La posesión de Mary. El guion de Anthony Jaswinski es un refrito lleno de tópicos y lugares comunes con el que poco se puede hacer. La historia se inicia presentándonos a una familia que adquiere en una subasta un viejo barco con la intención de abrir un negocio de transporte marítimo para turistas. Tras remodelarlo hay que probarlo y lanzarse a navegar a alta mar. El matrimonio formado por David (Gary Oldman) y Sarah (Emily Mortimer), junto a sus dos hijas y dos tripulantes más, se embarcan en un viaje que se convertirá en una pesadilla. Curiosamente, el nombre de la embarcación es Mary, el mismo que tiene la hija menor.
Sí, sobre el barco pesa una maldición que consta debidamente documentada en los papeles del barco que curiosamente nadie se dedica a leer hasta que ya es demasiado tarde. El espectro de una mujer que se aparece de manera arbitraria, la niña pequeña que dibuja a su nueva amiga imaginaria, los problemas conyugales del matrimonio y el flirteo entre la hija adolescente con uno de los marineros serán los elementos expuestos para amenizar este viaje hacia el aburrimiento. Todo, absolutamente todo, carece del más mínimo ápice de originalidad.
Y es una pena porque durante los primeros 20-30 minutos la presentación que se hace de los personajes no es del todo mala y con el buen hacer de Oldman y Mortimer hace presagiar una mayor dedicación de lo que es habitual en el género a la construcción y evolución de esos personajes. Nada, son de cartón piedra y están consagrados únicamente a participar en los jump scares habituales que nos tiene reservada la función a base de música estridente y poca imaginación. Pero es que ni los sustos ni las muertes nos van a sacar de este sopor marítimo. La posesión de Mary podría servir como pasatiempo a los horror lovers con las tragaderas entrenadas en productos de Serie B y similares. Para el resto de espectadores es más recomendable lanzarse al mar incluso sin salvavidas.
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