Crítica de ‘Creation Stories’: Una comedia alucinógena para una adictiva historia

Basada en su propia autobiografía, Creation Stories narra en profundidad la historia de Alan McGee, un joven músico escocés que dejó la escuela a los 16 años y que, contra todo pronóstico, a los 23 levantó un sello discográfico de la nada, Creation Records. Su proeza cambiaría para siempre la historia de la cultura británica.

Esta discográfica descubriría a algunas de las bandas más influyentes de los años 80 y 90, como The Jesus and Mary Chain, Primal Scream, My Bloody Valentine y Teenage Funclub, entre otras. Una casualidad, cuando perdió el tren, le llevó a un local en el que tocaban unos desconocidos Oasis. El grupo de Manchester se convertiría de su mano en una de las bandas más influyentes de todos los tiempos.

Pero la película no sólo nos presenta cómo fue su carrera hacia el éxito, sino que también repasa su vida familiar, su coqueteo con las drogas (eran tiempos del speed, las raves y el acid house) y su apoyo inicial con donaciones al Partido Laborista de Tony Blair.

Una comedia alucinógena

Dirigida por Nick Moran, Ewen Bremner asume el papel principal de Alan McGee para dar forma a este recreación de toda una generación que va más allá del sello discográfico que creó y llega hasta la cultura musical británica que surgió de sus oídos. Aunque se trata de un biopic, al inicio nos advierten que lo que estamos a punto de ver sucedió en su mayor parte, pero «algunos nombres se han cambiado para proteger a los culpables», supuestamente para evitar dar nombres reales de personas dentro de ese mundo de drogas, excesos y política adulterada.

Estructurada en torno a unas entrevistas que Alan (Bremner) le cedió a la reportera musical Gemma (Suki Waterhous), la película va mostrando a través de flashbacks la vida anterior de Alan desde su Escocia natal con la mirada de desaprobación de su padre (Richard Jobson) hasta ser el exitoso hombre en el que se convirtió. Las escenas anteriores a su época dorada son la parte más atractiva de la película, en gran parte debido al gran trabajo de Leo Flanagan como la entusiasta versión joven de Alan. Aunque Bremner no iba a estar tan sólo presente como la versión más adulta del personaje, sino que a través de pelucas -más o menos acertadas- también interpreta una versión 20 años más joven en el momento de contar esa parte de su vida. Y el papel parece estar hecho a su medida, pues no son pocas la veces que el actor se mete en la piel de alguien marcado por los excesos, y es algo que sabe hacer muy bien, aportando seriedad, dramatismo pero también humor a su personaje.

Obviamente descata Bremner por encima del resto del reparto, pero no faltan los cameos a lo largo de toda la película, aunque es una pena que el resto del reparto no tenga excesivas ocasiones para brillar, dado que el eje central y motivo de todo lo que vemos gira alrededor de la interpretación de Bremner, metiéndose en la piel de McGee tanto físicamente como mentalmente. A pesar de recrearse mucho en los excesos del protagonista y la mala vida que llevó, la película es capaz de contarlo desde una perspectiva amena y aderezada con muchos toques cómicos, para que no resulte un mero drama de drogas y rehabilitación, sino la amena historia del camino al estrellato de todo un icono musical (al menos como descubridor de talentos).

La banda sonora de una generación

Como no podía ser de otra manera, la banda sonora es casi un miembro del reparto más, y hará las delicias de los fans del Brit Pop y de la música en general, con temas y referencias de Oasis, Primal Scream, Teenage Funclub, My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain, Sex Pistols, David Bowie, Super Furry Animals, The Boo Radleys y Glasvegas, entre otros.

Con el guión coescrito por Irvine Welsh de Trainspotting era de esperar que Creation Stories aprovechara de manera efectiva esa etapa musical británica, pero más allá de escuchar de fondo algunos temas reconocidos por todos, o ver el momento en el que surgieron muchas bandas musicales, no vamos a aprender mucho más del origen de los grupos asociados a McGee, dado que la película avanza tan rápido que apenas tenemos en pantalla algunos segundos de My Bloody Valentine, Primal Scream o The Jesus and Mary Chain.  

Quizá los desconocedores del origen de algunos grupos nos vemos sorprendidos al ver como las grabaciones de My Bloody Valentine se usan con fines cómicos, casi arruinando la carrera de Alan McGee, o como no se da la suficiente importancia al innovador álbum Screamadelica de Primal Scream, con la relevancia que parece ser que tuvo en la carrera de McGee, pero la espera por Oasis vale la pena y vemos como era ya su comportamiento antes de ser descubiertos. Esta parte de la historia se presenta con acierto y hacen un buen uso del material de archivo de su primer concierto.

Creation Stories es un apasionante biopic de la historia de un hombre cuya vida estuvo marcada por los excesos del alcohol y las drogas, pero que se puede ver perfectamente como una comedia alucinógena sin necesidad de conocer al personaje central de la historia, pudiendo disfrutar de una gran interpretación, una banda sonora impresionante, y una ambientación que nos trasladará a la era dorada de la música británica.