jueves, marzo 28, 2024

68 SSIFF. Sección Oficial. Crítica de ‘Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan’: El irascible artista que revivió el folk irlandés

Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 68 SSIFF:
Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan

Johnny Depp no sólo actúa en grandes producciones y canta cuando su apretada agenda se lo permite, sino que desde 2011 también se ha implicado como productor, y ha sido en esa faceta por lo que ha viajado al Festival de Cine de San Sebastián para presentar Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan, película documental dirigida por Julien Temple (The Filth and the Fury), y que ha tenido su première mundial en la Sección Oficial a Competición del festival.

Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan nos sumerge en la vida del talentoso y querido vocalista irlandés Shane MacGowan, cantante y compositor principal de The Pogues, banda de música folk irlandesa con espíritu punk. La película cuenta con material de archivo inédito de la banda y de la familia de MacGowan, así como la animación del legendario ilustrador Ralph Steadman.

El cineasta inglés Julien Temple, autor de obras de ficción como Earth Girls are Easy (1988) y Bullet (1996), es conocido por su trabajo como cronista de música rock en los últimos 40 años gracias a sus documentales y vídeos musicales para artistas como Sex Pistols, The Rolling Stones, David Bowie, The Kinks, Joe Strummer (The Class), Wilko Johnson y Paul Weller, entre muchos otros, motivo más que suficiente para que se ponga al frente de la dirección del documental que repasa la vida de este buen amigo de Depp.

A pesar de tratarse de un documental producido por alguien que aprecia tanto al protagonista, no han querido suavizar su vida, pues no hubiera sido ni realista ni conforme a lo que los fans esperarían de él, y durante su metraje descubrimos cómo desde su más tierna infancia Shane MacGowan comenzó a beber y fumar, y no ha parado, sumando a ambos vicios alguno que otro más. 

La estética del documental ayuda a que cualquier espectador pueda sentirse atrapado por esta historia, pues no sólo nos introducen metraje grabado por la familia, o grabaciones de conciertos y entrevistas, sino que recrean partes para una mejor calidad y coherencia con la historia, e incluso incorporan animaciones para las partes más duras de su vida, como ver a Shane bebiendo con 6 años, o recibiendo palizas en su época de estudiante, aunque no dejase de recibirlas (o darlas) más adelante.

A diferencia de otros documentales, que paran en el momento álgido de una estrella o en su defunción, aquí ni ha muerto ni han querido dejar de contar su historia tras el éxito mundial que logró con el desgarrador «Fairytale of New York» en 1987, momento en el que The Pogues se trasladaron de los clubes y pubs a los grandes conciertos sin perder ni su peculiar estilo musical que los impulsó a partir de su nacimiento en la escena punk de Londres ni el exceso de bebida en el escenario.

Durante la película nos dejan ver el momento en el que Depp entra en la vida de MacGowan. El ex cantante de Clash reemplazó a MacGowan tras la gira posterior de The Pogues cuando este último comenzó su carrera en solitario, la cual incluyó a su buen amigo «Jack Sparrow» al aparecer en el álbum de 1994 de MacGowan, The Snake.

Desde entonces, MacGowan se reincorporó a The Pogues de forma intermitente a principios de la década de 2000 y sacó algunos discos más como solista y el autobiográfico «A Drink with Shane MacGowan» con su ahora esposa Victoria Mary Clarke, quien entrevista al cantante en algunas partes del documenta.

Con varios miembros de The Pogues, Depp y gente como Bono de U2, Nick Cave, Bobby Gillespie de Primal Scream y el bajista original de Sex Pistols, Glen Matlock, además del presidente de Irlanda, MacGowan celebró su 60 cumpleaños en el National Concert Hall en 2018, siendo la culminación en muchos sentidos de Crock of Gold.

Shane MacGowan era irascible, intratable, tozudo, exasperante, fascinante, terco, irritante, cascarrabias, pero, ante todo, era una estrella inimitable y un gran poeta (aunque él siempre lo negará) por lo que rodar este documental ha sido una ardua tarea. Muchas han sido las dificultades que han tenido para sacar alguna palabra que no esté fuera de tono, y puesto que pocas veces le apetece hablar cuando le preguntan, de ahí que durante el documental veamos una sucesión de entrevistas durante los últimos años que sirven de nexo para el metraje que se incluye.

Puede que las nuevas generaciones no conozcan a esta estrella que llegó a lo más alto, y ni siquiera muchos que han  vivido en los 90 tampoco conocieran a Shane MacGowan, pero si Crock of Gold sirve para que volvamos a recuperar el folk irlandés y alguien se aficione a este estilo musical, el objetivo de este documental está cumplido, que era lo único que siempre ha deseado MacGowan.


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8

Puntuación

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