Las críticas de Óscar M.: Los Nuevos Mutantes
Para intentar evaluar o analizar Los Nuevos Mutantes hay que tener el cuenta el proceso por el que ha pasado desde que se anunció el proyecto en 2015 hasta su estreno en salas de cine en 2020. La película será recordada como una de las más retrasadas de la historia, habiendo sobrevivido no sólo a constantes retrasos en las fechas y rumores de nuevas escenas, también ha conseguido estrenarse superando la compra de su estudio original (20th Century Fox), la amenaza de un estreno digital y una pandemia mundial.
Los Nuevos Mutantes de Fox nacieron, junto con X-Men: Fénix Oscura y Deadpool, con la intención de reiniciar la saga mutante. Tras dos trilogías más o menos exitosas en taquilla y la trilogía independiente del personaje de Lobezno, el estudio tenía la necesidad de introducir nuevos personajes que alejasen la historia de los mutantes ya conocidos para expandir la franquicia y conseguir una nueva audiencia adolescente (ya habían pasado 15 años desde el estreno de X-Men en el año 2000).
Josh Boone, quien ha confirmado que no ha habido cambios en la historia principal ni han tenido que volver a rodar escenas, firma un nuevo enfoque sobre el universo mutante desde un nuevo punto de vista más juvenil, con una pretensión más oscura, menos megalómano y con un reparto muy reducido (tanto que hasta el único secundario de la película aparece en los créditos finales).
Tal vez, a los seguidores fieles de las aventuras mutantes no les puedan sentar muy bien estas licencias creativas, las referencias a la saga original son intencionadamente mínimas, buscando una personalidad propia que es muy difícil de mantener si el espectador no tiene en cuenta la existencia de doce películas previas (aunque no son necesarias, pero sí que se ahorran muchas explicaciones para este guion).
Los Nuevos Mutantes puede considerarse una película menor e independiente dentro de la saga X-Men, el argumento mantiene lazos de unión con las películas anteriores, pero no se apoya en ellas para esta nueva historia. Es algo valorable de Boone, quien también se ha encargado de la escritura junto a Knate Lee. El guion está más enfocado en representar en la pantalla el proceso por el que todo ser humano pasa durante la adolescencia: conocerse a sí mismo y superar sus miedos, para convertirse en adulto. El hecho de que tengan poderes mutantes es, claramente, sólo una excusa.
El proceso de maduración y crecimiento de los cinco personajes principales está bastante bien desarrollado a lo largo del guion, y por suerte nos libramos de explicaciones por fases y diálogos prefabricados y previsibles. A cada personaje se le ha concedido su momento para expresar sus miedos, desarrollar sus habilidades y sobreponerse a sus problemas. A pesar de la corta duración de Los Nuevos Mutantes (una hora y media es algo muy difícil de ver hoy en día), el guion se mantiene constante y no se aprecian recortes o una aceleración en el tramo final, lo cual permite seguir la historia sin presiones argumentales.
El recurso de utilizar el desconocimiento de los poderes por parte de los personajes da en el clavo para no apabullar al espectador con escenas de efectos especiales sin justificación, prefiriendo que sean los actores los que se ganen al público y no la magia creada por ordenador. Para ello, el reparto se ha elegido sobre seguro y la mayoría de los actores le son conocidos a la audiencia por su participación en Juego de Tronos (en el caso de Maisie Williams), Stranger Things (Charlie Heaton) o en las películas Múltiple y Glass (Anya Taylor-Joy). Con tres caras reconocibles (con un reparto sólo de seis actores) para el gran público, hay mucho trabajo adelantado. Por suerte, sus trabajos previos no son un impedimento y los actores consiguen ofrecer unos personajes aceptables para los espectadores sin vinculación con los que ya conocemos.
Con un guion bastante solvente e independiente (incluso para ser una adaptación de un cómic, se diferencia bastante de la idea original) y unos actores que enganchan al nuevo público más por lo que desconocen y callan que por lo que muestran en pantalla, Los Nuevos Mutantes sobrevive como una película entretenida y complemento «externo» al universo mutante conocido, que cumple su objetivo.
Para no perder a la audiencia adulta y fiel, el guion no oculta su necesidad de recurrir a un fenómeno cultural sin discusión y aquí es donde tiene su punto negativo, ya que resta un poco de la personalidad propia que se había esforzado en conseguir hasta ese momento. Las referencias a Buffy, Cazavampiros son demasiado explícitas tanto en la conexión entre los personajes como en el uso de una variante bastante pobre de los enemigos. Lo único positivo es que estos recursos no se le han escondido al espectador como para tener que pedir explicaciones.
Visualmente la intención de Boone desde el primer momento fue crear una película de mutantes enmarcada dentro del género de terror, lo consigue a duras penas y con bastante esfuerzo. No hay sobresaltos, ni tensión terrorífica en Los Nuevos Mutantes, aunque consigue cierto ambiente de suspense e interés en el espectador apoyándose únicamente en escenas nocturnas en el exterior y mucha actividad por los pasillos de la instalación donde están los personajes. Como mucho, cierta claustrofobia impostada, pero no es destacable en el conjunto ni queda en la memoria como un recurso narrativo conseguido. Ni siquiera la música de Mark Snow (compositor de la serie Expediente X) ayuda en este aspecto.
A pesar de estos pequeños tropiezos, Los nuevos mutantes se puede disfrutar como película independiente y complementaria de la saga X-Men, y consigue un aprobado bastante sobrado. Lo único reprochable es la inexistente posibilidad de una continuación de la saga. Tal vez tengáis mejor suerte la próxima vez, jóvenes mutantes.
