viernes, abril 19, 2024

64 SEMINCI. Sección Oficial. Crítica de ‘Oro blanco (Héraðið)’: Todo por la leche

Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 64 SEMINCI: 
Oro blanco (Héraðið) 
 
El director islandés Grímur Hákonarson fue galardonado hace cuatro años con la Espiga de Oro por su anterior película Rams (El valle de los carneros) y acude de nuevo a Valladolid con Oro blanco (Héraðið), nuevamente una historia en la que los espacios naturales, la vida rural y la ganadería vuelven a tener una marcada presencia tanto en lo formal como en lo argumental.
 
Oro blanco nos presenta a una pequeña comunidad rural cuyo principal activo económico es la ganadería vacuna orientada a la explotación lechera. En este contexto, todas las granjas funcionan en régimen de cooperativa con una estructura similar a una empresa en la que la cooperativa establece sistemas de protección a sus mancomundados que a cambio habrán de venderles toda la leche y adquirirles en exclusiva todos sus suministros. En un mundo ideal, el sistema podría resultar beneficioso para todos, pero la realidad manda y la crisis pone a los ganaderos en situaciones al borde de la subsistencia, de tal forma que no pueden afrontar los gastos de producción viéndose obligados a comprar suministros a otros proveedores más baratos. Esto provocará el cabreo de los regidores de la cooperativa que empezarán a comportarse como auténticos mafiosos desencadenando el drama.
 
Hákonarson centra su historia en una de esas granjas, la regentada por Inga (Arndís Egilsdóttir), una mujer que tras quedarse viuda se hará consciente de la grave situación económica que atraviesan y de las circunstancias que precipitaron la trágica muerte de su marido. Comenzará entonces una denodada lucha, primero por hacer pública la verdad y después por cambiar las cosas.
 
Oro blanco nos ofrece una película más del género “lucha del individuo contra el sistema”, al estilo Erin Brockovich (Steven Soderberg, 2000) pero a la islandesa. Su protagonista interpreta con fuerza a una mujer que tras superar el duelo será poseída por una gran determinación para, primero sola y luego aglutinando seguidores, luchar contra la cooperativa.
 
Estamos ante un film entretenido en el que los méritos y los deméritos se reparten equilibradamente. El mayor hándicap de la película reside precisamente en la constante sensación de “ya visto” que tiene el espectador a poco que haya frecuentado el cine en las últimas décadas. Esto hace que casi todas las situaciones, incluido el final, resulte previsible. Tampoco funciona demasiado el hecho de que Hákonarson de algunos virajes “ideológicos” que resultan, cuando menos, desconcertantes para el espectador que tiene la sensación de que no tiene claro a qué carta quedarse. ¿Un liberalismo en el que cada uno se apañe como pueda y venda su leche por internet o una nueva cooperativa como solución a la vieja cooperativa para, con el paso del tiempo, volver a repetir los mismos errores?
 
Pero vamos con los aciertos. Aunque Hákonarson se ha basado en lo que ocurre en una zona concreta de su país y la película rezuma localismo en cuanto a su localización “muy islandesa y mucho islandesa”, el tema que trata es universal; uno podría filmar ese mismo guion en una cooperativa lechera asturiana (o en una mancomunidad de explotación de lana o en una denominación de origen vinícola) y, graduando los niveles de gravedad, los problemas serían los mismos. Lo mismo ocurre con la construcción de los personajes en un guion en el que Hákonarson evita los arquetipos, todos los personajes están bien matizados y deja que sea la historia la que determine a héroes y villanos y no una construcción forzada por las interpretaciones de los actores.
 
También acierta al hacerse eco de los cambios de la sociedad y cómo a través de las redes sociales (en este caso Facebook) se puede iniciar una campaña de lucha que no tarde en alcanzar notoriedad, también apunta (tenuemente) al papel de los medios de comunicación en la difusión del problema. La dirección de fotografía de Mart Taniel acentúa la importancia del paisaje en una película que Hákonarson conduce con buen pulso hasta un final quizá un poco precipitado.
 
Oro blanco se ha presentado a competición en la sección oficial a concurso de la 64 SEMINCI y su actriz protagonista Arndís Egilsdóttir se suma a la lista de favoritas a alzarse con el premio de interpretación femenina.  

6.5

Puntuación

6.5/10

1 COMENTARIO

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