jueves, marzo 28, 2024

Crítica de ‘La guerra del planeta de los simios’: Final épico para una trilogía que encaja a la perfección con el clásico del 68

Las críticas de David Pérez «Davicine»: La guerra del planeta de los simios

Parecía increíble, pero conseguir una película épica dentro de una saga, y que te deje con ganas de más, después de cinco películas, dos series de televisión, un reinicio y dos precuelas, es algo que no está al alcance de cualquiera, pero 20th Century Fox ha conseguido llegar hasta la novena película de la saga de los simios con La guerra del planeta de los simios, la cual sirve de nexo de unión perfecto entre las precuelas y la mítica película que inició todo en 1968, El planeta de los simios.

En el tercer capítulo de la taquillera franquicia aclamada por la crítica, César y sus simios se ven forzados a luchar contra un ejército de humanos dirigidos por un despiadado Coronel. Después de que los simios sufran pérdidas inimaginables, César hace frente a sus instintos más oscuros y comienza su propia cruzada para vengar a su raza. Cuando finalmente el viaje les enfrenta, César y el Coronel comenzarán una batalla épica que determinará el destino de ambas especies y el futuro del planeta.

A pesar de llevar «implícita» la palabra «guerra» tanto el título como la trama, lo cierto es que esta nueva entrega nos ofrece mucho más que una mera batalla campal, lo cual no sería poco. En vez de centrarse en ofrecer al espectador un alarde visual donde simios y humanos se enfrentan, nos llevan a la parte más psicológica de la guerra, al enfrentamiento entre las dos mentes al frente de cada raza, para que realmente nos planteemos qué bando apoyaríamos en estas circunstancias… y puede que la respuesta no sea tan fácil.

Comparar La guerra del planeta de los simios con El planeta de los simios es innecesario, pues queda patente por la época en la que se hizo la original que a nivel visual nada tiene que ver una con otra, pero la película de 1968 inició lo que ha llegado hasta nuestros días, y eso es difícil de igualar. 

Los efectos especiales de esta nueva entrega han mejorado, pero no sólo, como es obvio, si los comparamos con los de las primeras películas, donde teníamos actores disfrazados de simios, y ahora todo es con captura de movimiento y trabajo con ordenadores. Es que, visualmente, La guerra del planeta de los simios incluso ofrece un espectáculo visual al espectador que dista de su inmediata predecesora, donde se dota de aún más realismo en las escenas protagonizadas por los simios, notándose la mejoría en la técnica de la captura del movimiento, pero destacando las texturas, los pelos que se mueven cada uno por su cuenta como si tuvieran vida propia (y no tiene precisamente pocos pelos los protagonistas, al menos todos menos el Coronel, interpretado por Woody Harrelson) y los rostros, que nos hacen plantearnos la verdadera existencia de simios parlantes. 

Pero solo de efectos especiales no vive el espectador, aunque a veces pueda parecer que sí, y por eso La guerra del planeta de los simios suma otro punto a su favor, pues a pesar de la distancia temporal con la película de Charlton Heston, los guionistas se han sacado de la manga un amplio repertorio de ases ganadores con los que conseguir enlazar con la original, abriendo nuevos planteamientos hasta la fecha desconocidos, pero que nos permiten salir convencidos de lo que hemos visto, y capaces de continuar con una sesión de en cine con El planeta de los simios y pensar que han sido escritas por las mismas personas, quienes tenían en su cabeza un plan a 50 años vista. No hay ningún personaje dejado al azar, y la película está repleta de guiños a la original, notándose el cuidado que ha tenido en todo momento el director Matt Reeves para que podamos ir componiendo un puzzle temporal hasta cerrar la trilogía como se merecía esta saga, sobre todo teniendo que remontar tras aquel remake de 2001 donde Tim Burton parecía que odiaba la saga.

El reparto de la película incluye a Andy Serkis, recuperando su personaje de César, Woody Harrelson, Steve Zahn, Judy Greer, Karin Konoval, Gabriel Chavarria, Amiah Miller y Terry Notary. Por muchos más nombres que podamos citar, poca relevancia tendrán, pues los únicos rostros humanos que intentan acaparar algo de protagonismo son los de Woody Harrelson y la joven Amiah Miller, mientras que el peso de la película recae en el rostro digital del simio César, a quien parece quedar como un guante esa «máscara virtual» que tan acostumbrado está a usar Andy Serkis. Cada vez que pasa el tiempo y vemos trabajos con CGI, notamos que llegará un momento en el que no serán necesarios actores para dar vida a los personajes, pero la naturalidad de los movimientos, y los gestos que vemos en sus rostros, son consecuencia directa de la mejoría en la captura de movimiento y de un actor que está más acostumbrado a trabajar a la sombra de sus personajes que con su propio rostro. En La guerra del planeta de los simios nos ofrecen una amplia variedad de simios, pero cada uno de ellos tiene unos rasgos característicos y una personalidad diferente, que nos hace olvidar por momentos que estamos ante personajes digitales.

Pero si César es el simio más reconocido de la saga, y del que poco queda por decir tras varias entregas realizadas con Andy Serkis, en esta nueva aventura nos presentan un nuevo personaje, Simio Malo, a quien «da vida» Steve Zahn, y consiguen alejarse de todo lo visto hasta la fecha, aportar algo más de humanidad al personaje, recreado con gran humor y con escenas que harán que este simio sea recordado más allá de su única película en la saga. De la misma forma, Woody Harrelson se une a esta última película en el rol de un Coronel con más ganas de venganza que de supervivencia, un hombre que lo ha perdido todo, menos su odio hacia los simios y la enfermedad que los acompaña. Quizá se eche un falta una presentación mejor del personaje, quedando simplemente como alguien a quien sus soldados respetan y sus enemigos temen, pues poco se adentran en su pasado y en detallar mejor los acontecimientos que lo han llevado a ser quien es hoy. No obstante, como rival de César poco tendría que hacer por el carisma de éste, pero consigue ser el personaje humano sobre el que hacer girar parte de la trama, junto con Amiah Miller, recién llegada a Hollywood con Nunca apagues la luz, y que demuestra sin líneas de diálogo una gran complicidad con los simios y un derroche de sensibilidad, además de tener una gran relevancia para el «futuro» de la saga.

La guerra del planeta de los simios es una demostración de cómo se puede coger una saga con muchas películas, volver a sus orígenes por la puerta grande, y que película tras película no sólo mantengan el nivel, sino que lo mejoren, y se encaje toda la historia a la perfección, para que, después de casi 50 años, podamos decir que tenemos la mítica saga de El planeta de los simios cerrada como se merece. La guerra del planeta de los simios no es sólo una gran película de acción con grandes efectos especiales, es un cierre épico y perfecto para una saga que se merecía terminar por la puerta grande.

Nota: Crítica dentro del ciclo dedicada a la saga El planeta de los simios, cuyo índice podéis encontrar aquí.

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