martes, abril 23, 2024

30 Semana de Cine de Medina del Campo: Encuentro con Rodrigo Sorogoyen y entrega del Roel de ‘Director del Siglo XXI’

No es cine todo lo que reluce ha estado en Medina del Campo donde Rodrigo Sorogoyen ha recibido esta noche el Roel de Director del Siglo XXI en el seno de la trigésima edición del Festival de Cine de dicha localidad. En esta misma edición, Sorogoyen compite en la Sección Oficial de cortometrajes con Madre, que fue estrenado ayer noche en el certamen medinense.
 

Horas antes, el director madrileño comparecía en la sala de prensa del Auditorio Municipal de Medina del Campo, acompañado de Emiliano Allende, director del Festival, para atender a los medios allí desplazados. Durante aproximadamente cuarenta minutos, Sorogoyen respondío preguntas sobre su carrera hasta el momento, sus proyectos de futuro y sobre la que ha sido una de las películas más importantes del año en España, la aclamada Que Dios nos perdone.

 
¿Qué te parece recibir este galardón?
 
No quiero caer en tópicos… pues una alegría y un honor, por supuesto, pero me agarro a lo que ha dicho Emiliano y ayer dijo Daniel Sánchez Arévalo que lo recibió hace unos años, que se lo tomaba como un reto. Esto de «Director del siglo XXI» es como una cosa muy larga, faltan muchos años para acabar el siglo, entonces yo creo que es una forma de comprometerte, en un lugar como el Festival de Medina que tiene ya treinta años de entidad, y aquí lanzamos el guante, el compromiso por seguir haciendo cada vez mejor tus películas y contar tus historias lo mejor posible. 
 
Que Dios nos perdone ha estado en la gala de los Goya, que un miembro de tu equipo gane un Goya, ¿te lo tomas como  si también fuera parte de tí ese premio?
 
Sí, claro, es mío ese Goya (risas), es una gran alegría. Se lo dijimos a Roberto, te vamos a usurpar un poco ese Goya porque va a ser el Goya de la película. Fue una gran alegría recibir un Goya, le cayó a Roberto por motivos que yo creo que son incontestables por su trabajo, pero nos lo tomamos como un premio a todo el equipo, para toda la película.
 
Ayer, Daniel Sánchez Arévalo decía que Que Dios nos perdone le parecía la mejor película del año y que se lo había llegado a decir a su primo Raúl Arévalo. Supongo que tener el apoyo del público y de la crítica es muy importante, pero tener el de tus compañeros será un subidón ¿no?
 
Fue muy bonito lo que dijo, me sorprendió, aunque a mí me lo había dicho ya en petit comité, pero que lo diga en público me parece un detallazo hacia mí y hacia la película, así que me parece genial, el apoyo del público es muy importante, el apoyo de la prensa nos interesa a todos, pero el apoyo de compañeros de profesión más reputados que tú es un honor, de verdad.
 
¿Por qué crees que existe en el cine español una tendencia a hacer thrillers distanciados del estilo americano y más con un trasfondo social con casos de corrupción?
 
Yo creo que de una manera consciente o inconsciente, hay unas ganas, o un deseo, o una necesidad de mostrar una realidad que está ocurriendo, nosotros la contamos de una manera ficcionada, más pegada o despegada de la realidad, depende del tono que se quiera dar a la historia, pero sí, efectivamente como dices existe esa tendencia en muchos cineastas y productoras que yo creo que responde a una necesidad del contador de historias, el guionista o quien sea, de contar una realidad con la que al parecer no estamos muy contentos.
 
Además de dirigir, eres guionista de tus películas junto a Isabel Peña, y en vuestros personajes se advierte una doble cara, especialmente en los protagonistas, en el personaje de Javier Pereira en Stockholm o en los dos policías de Que Dios nos perdone, ¿Por qué esa dualidad en los personajes?
 
Porque la dualidad es siempre más interesante cinematográficamente y más real, no creo que todos tengamos una sola cara… habrá alguien seguramente que sí, pero esa persona seguro que no es interesante cinematográficamente, cuantas más caras tiene un personaje más interesante es, como «El hombre de las mil caras». Luego otra cosa es que tengas tiempo para contarlas todas. Pero has dicho que en Stockholm el personaje de Javier Pereira ¿y no te parece que el de Aura Garrido también tiene una doble cara?, porque desde luego la tiene. 
 
Ahora que hablamos de las caras, cuéntanos un poco de la transformación de Javier Pereira en Que Dios nos perdone.
 
Yo creo que era algo básico desde el principio. Yo no había pensado en quien podía hacer el personaje del asesino y un día, en pleno proceso, me vino el chispazo ¿y si lo hace Javi?, y lo que sabía es que si lo hacía, no podía parecerse a Javier Pereira. Es que es muy difícil interpretar o recrear a un asesino en serie, más en España que casi no hay. Y muchas veces las películas patinan por ahí, porque es muy difícil, podía estar muy bien la película y luego enseñar a un personaje que no es creíble, y eso es lo peor que le puede pasar a un actor, yo lo tenía muy claro, lo hablé con él, él estaba encantado porque es muy atractivo para un actor, nos pusimos a pensar como hacerlo y vimos que lo más terrorífico y asequible era adelgazar, él se lo tomó muy en serio y adelgazó quince kilos. Recuerdo que comenzamos a rodar la película por el final, él tenía barba y el pelo largo y yo le ví adelgazar con ese aspecto. Pero el día que se afeitó y se cortó el pelo, vino al rodaje a enseñarme el look y venía totalmente excitado porque se había encontrado con gente que le conocía por la calle y no le habían reconocido. Yo cuando le ví me llevé un susto, primero porque en un principio, en un primer segundo no le reconocí, pensé ¿quién es este tipo que me parece familiar? y luego me asusté porque tenía muy mal aspecto. Fue un shock.
 
 
¿El tándem que haces con Isabel Peña es a largo plazo? ¿Es la persona con la que mejor te complementas a la hora de escribir?
 
Pues sí, yo ahora mismo no concibo la vida sin Isabel Peña.  Podéis poner ese titular si queréis (risas). Hemos escrito dos guiones que se han estrenado. Estamos terminando dos más, uno que vamos a rodar en junio y otro que lo tenemos en un cajón. O sea, hemos escrito mucho ya juntos, y no nos cansamos. Y a mí me encantaría decir «quiero escribir un guion solo», porque me encantaría hacerlo, pero se que cuanto más escriba con ella, más pavor me dará el día que lo haga, porque nos hemos acostumbrado a escribir juntos y hoy no concibo las cosas de otra manera. Escribir solo es muy a largo plazo.
 
¿Y qué nos puedes contar de ese proyecto que vais a empezar?
 
Es un proyecto que vamos a hacer los mismos socios de Que Dios nos perdone, la productora Tornasol que creyó en nosotros, Antena 3 televisión y Warner como distribuidora, o sea, son tres grandes socios, estamos muy contentos. Y es un thriller como Que Dios nos perdone pero con la diferencia que los protagonistas son políticos. Es un thriller político. Nos interesa hacer un thriller que entretenga al espectador pero también hablar sobre la condición humana, como alguien puede acostarse por las noches haciendo lo que hace, si llega o no a arrepentirse, si es consciente o no de lo que hace. El título será El Reino. Se va a rodar en Madrid sobre todo, luego estamos buscando una ciudad en la costa y parte se rodará en Navarra por los beneficios fiscales que hay por rodar allí ahora.
 
¿Tiene previsto cambiar de género para futuras producciones?
 
Sí, estoy un poco harto ya de… (risas). Vamos, a mí me gustan todos los generos realmente y me gustaría enfrentarme a todos, y a Isabel igual, tenemos mucha heterogeneidad en ese sentido.  De hecho el guion que antes he dicho que tenemos en un cajón es una comedia.
 
En los extras del blu-ray de Que Dios nos perdone hay catorce minutos de escenas eliminadas. Es fácil imaginar que la principal razón fue no alargar demasiado el metraje, pero todas ellas abundan en la definición de los personajes y de los vínculos con sus familias, especialmente del personaje de Roberto Álamo, ¿podrías hablarnos de ellas, si alguna fue particularmente dolorosa eliminarla del montaje final?
 
Qué bien que me digas esto porque para mí fue una obsesión meter las escenas en el blu-ray porque quería que se vieran. Fue doloroso, hombre, algunas más que otras, lo aceptas porque tienes que hacer una película que dure un metraje y esta película ya es larga, pero claro, aportan muchas cosas. La de la niña y el autobús aporta muchísimo, esa era la segunda escena de la película, justo después de la del cementerio. Hay una en el coche de Roberto Álamo con su hija, esa me gustaba mucho porque están ellos muy bien, dura muy poco, se podía haber metido porque para mí explica muy bien la reacción de Roberto Álamo después. Luego la escena de la habitación verde con Antonio de la Torre y la limpiadora, esa también explicaba mucho de su relación y puede que sea la relación menos explicada de la película y seguramente adolece la trama de esa falta de explicación, pero era una escena muy larga y estaba colocada en un momento muy climático donde había que tener mucho cuidado con el ritmo. Y es una escena muy pausada como has visto, y detenía mucho el ritmo. En fín, ya haré el montaje del director y entraré en un infierno de metraje (risas). 
 
A propósito de esto, hemos escuchado a muchos directores decir lo tremendo que es entrar en la sala de montaje y cortar secuencias que has rodado.
 
Sí. Yo el proceso de Que Dios nos perdone lo recuerdo como muy bonito todo menos el montaje. Tomar esas decisiones fue muy importante, durante esos días son decisiones que ves vitales, y son los momentos que peor lo he pasado, porque en el rodaje todo funcionó muy bien, lo pasé bien, disfruté mucho, durante el guion también, y todo lo que estaba siendo la postproducción hasta ese momento estaba siendo muy bueno, pero el momento en que tienes que empezar a cortar… fue muy doloroso sí. 
 
Rodrigo Sorogoyen
 
Muchos directores de cine provienen del cortometraje, por este festival que es de cortometrajes han pasado muchos así, pero tú no has seguido esa trayectoria que es quizá la más habitual. ¿Cómo es en tu caso el proceso? ¿Qué te motiva a hacer una peli?
 
El formato que tengo que rodar me lo da la historia que voy a contar. Hay historias que son para cortos. El cortometraje Madre que se estrenó ayer aquí en Medina del Campo es una idea que tuve en 2010, en aquel entonces sólo había hecho 8 citas. Y ya ves, me ha surgido la oportunidad de hacerlo ahora, y da igual que ya haya hecho dos largos, lo importante es rodar y encontrar el formato perfecto para la historia que quieres rodar. Yo hice como cuatro cortos de joven solo para practicar, que son muy, muy amateurs, son invisibles, en el sentido de que no se pueden ver (risas), no se deben ver, pero me sirvieron para aprender, y me surge la oportunidad increible de hacer una película, o media película (8 citas, codirigida con Peris Romano), sin tener casi práctica en el cortometraje. Yo no tuve esa oportunidad para bien y para mal. Pero yo seguiré haciendo cortos, a mí lo que me interesa es no parar. Si un año hago un largometraje, y al siguiente no lo voy a hacer, prefiero hacer un corto que estar sin rodar.
 
De las películas que ha habido este año en España, ¿con cual te quedarías?, ¿y qué director es tu referente?
 
Pues La Reconquista, por ejemplo, es una película que me ha gustado mucho.  La Próxima piel es una película que me ha gustado mucho. Las amigas de Ágatha, es pequeñita pero me parece una película muy interesante, fue una gran sorpresa sí. Kiki me encantó. No sé.. decidme alguna. ¿Un monstruo viene a verme? No la he visto. Sí, sí la he visto (risas). En cuanto a lo del director… supongo que muchísimos, prefiero pensar que no hay uno solo porque entonces yo sería una especie de intruso. Hay muchos… pero no creo adecuado decir ningún nombre porque tendría que decir cincuenta.
 
¿Y en Hollywood te ves?
 
No.  Para nada. Para empezar no sé inglés. Y yo soy muy controlador, y dirigir, que hay que controlar todo sin saber el idioma. Sé que hay gente que lo hace y yo lo admiro mucho. Pero a parte de eso, es una cuestión de lo de querer controlarlo todo y en Hollywood es imposible, bueno, aquí también es imposible pero al menos tienes la sensación de que controlas. Además hablar de esto me da mucho pudor porque nadie me ha llamado.
 
¿Tienes algún proyecto en televisión?
 
No, no tengo proyectos porque estoy metido en este del que antes hablé que es inminente. En junio empezaremos a rodar si Dios quiere, pero me encantaría hacer una serie, la verdad. 
 
¿Quien es el protagonista de este nuevo proyecto? ¿Y el político del que trata es un pez gordo o a qué nivel está?
 
Antonio de la Torre será el protagonista. Se trata de un clase media de la política. No es un alto cargo, nos interesaba contar la vida de un clase media de la política, de nivel autonómico, digamos.
 
Tu primera película se financió con crowdfunding, luego tuviste tu propia productora, ¿crees que el espaldarazo en la carrera de un director es que entren en la producción las televisiones como Antena 3 o Telecinco?
 
Totalmente. Sin Antena 3 y sin Telecinco las películas tienen muy poca visibilidad. Bueno, y con Televisión Española, si te produce Televisión Española también puedes estar muy contento. Pero hoy en día, sin una cadena de televisión, es muy difícil que una película se vea en cines. Si al año se están haciendo 120 películas. Como mucho hay 30 con una distribución potente. El público se pierde muchas cosas, algunas de ellas muy buenas. 

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