¡Un año más en Sitges! 48ª edición del Festival, 7ª edición como espectador y 5ª como acreditado para No es cine todo lo que reluce. Corría el año 2009 cuando pisé por primera vez este precioso pueblo. [Modo abuelo carraca ON] Aún recuerdo aquella bella exposición de huevos de Alien, aquellas maratonianas sesiones en la sala Brigadoon (eran gratis, y yo pobre), aquellos paseos por los tenderetes… El amor surgió, y todavía arde en mi coraçao.
Desde aquella lejana edición hasta nuestros días, muchas cosas han cambiado en el marco del festival. Hay muchos más tenderetes (y ha cambiado su situación, pasando al idílico Paseo Port Alegre), más salas (este año se añade la sala Tramuntana), más presencia de series televisivas, más secciones, y muchas más actividades alternativas y complementarias. A las clásicas presentaciones en el Espacio FNAC (situado frente al Hotel Meliá, sede del Auditori), se suman el “Cinema a la fresca” en L’Hort de Can Falç (¡Gratis!), donde se pueden ver películas tan molonas como Dragon Ball. Battle of Gods, Ghost in the Shell y Saint Seiya, La leyenda del Santuario, entre otras; homenajes a series como Hannibal (viernes 16) o maratones con diferentes capítulos de series como Juego de Tronos, Fargo o Penny Dreadful (sábado 17) en el Hotel Avenida Sofia; o el Espacio Movistar (Gratis too), donde se pueden ver películas y series durante los días 9, 10 y 11. Os recomiendo que echéis un vistazo a la programación del festival para ver toda la oferta disponible.
Como somos unos filántropos, queremos compartir con vosotros lo máximo posible nuestra experiencia en Sitges. Por eso, os ofrecemos la oportunidad de realizar vuestras propias preguntas a nuestros futuros entrevistados. A través de Twitter informaremos de cuál será la personalidad a entrevistar, y el tiempo del que dispondréis para lanzar vuestras preguntas. Mañana entrevistaremos a Alberto Marini, director y guionista de Summer Camp. ¡Tenéis hasta las 14:00h. para proponer preguntas!
Y tras tanto preámbulo, pasemos al tema que nos interesa: películas. Durante el día de ayer disfruté de cuatro cintas muy distintas, tanto en argumento como en calidad. La primera fue Attack on titans, película basada en el célebre anime que, a su vez, se basa en el manga del mismo nombre. No me he leído ningún manga, pero si que he visto un par de capítulos de la serie animada, por lo que puedo asegurar que la ambientación está muy conseguida. Además, la fotografía es bastante resultona, y la historia abarca temas socio-políticos muy interesantes que puede que a algún joven espectador le despierte el seso. Y.. no se me ocurren más puntos positivos. La música, sin ser mala, resulta estridente y, a ratos, forzada; los efectos digitales son de saldo, excesivos y están mal insertados; algunos de los titanes dan vergüenza ajena; los deus ex machina van a granel; y los actores pecan de sobreactuación. Este último aspecto es bastante común en muchas películas asiáticas, pero aquí la cosa se va de madre. Uno de los personajes pretende ser el típico gracioso (en este caso, graciosa) extravagante pasada de vueltas, pero como todos los demás también están pasadísimos no hace ni pizca de gracia. Eso sí, hay muchísimas muertes, muchísima sangre y alguna pelea que hace que la película sea muy disfrutable, pese a los momentos de vergüencita ajena. Por cierto, una de las muertes más memorables es la de aquella mujerzuela, liberada sexualmente, que cuando intenta cepillarse al prota es atacada y devorada por un titán. Llamadme paranoico, pero aquí veo un poco de conservadurismo rancio. Si la película se ambientara en otro entorno más occidentalizado, probablemente también morirían el negrata y el fumeta, quizá en este mismo orden.
Al acabar la sesión me topé de frente con una (paupérrima) exposición, situada en la salida del cine Auditori, dedicada a artículos de cine relacionados con el thriller, donde podemos encontrarnos la maza utilizada en La habitación del pánico o una réplica del maletín que utiliza el personaje de Brad Pitt en El club de la lucha, entre otras pocas cosas. A paso ligero fui a la sala Retiro para ver una fantástica sesión doble: The shelter y From the dark.
The shelter es un thriller, o algo así, dirigido por John Fallon. Según sus propias palabras, es una película más cercana a Polanski que a Sam Raimi. No voy a entrar en valoraciones al respecto.
En la película seguimos a Thomas Jacobs, un atormentado hombre que busca redención a través del whisky barato. Buscando un lugar donde pasar la noche, se mete en una casa aparentemente vacía, donde empezarán a pasarle cosas extrañas.
Durante la primera parte del film, Fallon abusa de iluminación natural en los exteriores, que dota de un aspecto sucio y amateur al film, especialmente en las tomas nocturnas, donde se vislumbra muchísimo grano digital. Hasta que el personaje principal, interpretado por Michael Paré (Calles de fuego), no entra en la misteriosa casa, todo en el film rezuma suciedad, amateurismo y textura más cercana al video que al cine. También es cierto que el torpe uso del after fx y de los fundidos encadenados para los flashbacks hacen que la percepción general se distorsione. No obstante, cuando llega al inmueble, el film se torna mucho más cinematográfico, con una fotografía más cuidada y unos encuadres más logrados.
En cuanto a la trama, se podría decir que es el viaje de ida y vuelta de nuestro protagonista a su infierno particular. Es un film muy personal, en la que Fallon se nota que ha puesto todo su corazón, puede que incluso se base en alguna experiencia propia. Hay mucha referencia a la religión cristiana, elementos que si no eres conocedor de dicha tendencia religiosa seguramente no entiendas. Es una película muy personal, que seguro que Fallon disfruta mucho cuando se la pone, pero que yo no disfruté demasiado.
La siguiente película fue mucho más sencilla, y muchísimo más disfrutable. From the dark abarca el mito del vampirismo desde una óptica ligeramente distinta a las otras, pero introduciéndolo en un subgénero tan “de Sitges” como el survival. El argumento es fácil: Una pareja se queda tirada en mitad de la nada. Oscurece. Algo los acecha. ¡A correr!
Pese a que el argumento es muy sencillo, el guión está muy bien armado (lo cual no quiere decir que sea perfecto. Sus “licencias” tiene…), con unos personajes carismáticos que enganchan desde el principio. Uno de los puntos más originales es el tratamiento de la mujer, dotándola con el rol de guerrera que, al contrario de lo que suele ocurrir en este tipo de filmes.
Gracias a una genial fotografía y una muy lograda banda sonora, desde el primer fotograma te introduces en una atmosfera opresiva y terrorífica, que solo se relaja cuando aparecen los protagonistas al principio de la cinta (una presentación bastante graciosa, por cierto). En definitiva, From the dark es una película 100% Sitges: Divertida y terrorífica.
A continuación visioné Martyrs, remake de la película de Pascal Laugier, perpetrada esta vez por los hermanos Goetz. El argumento es el mismo que el de la película original, pero cuenta con algunos pequeños cambios que pretenden justificar su paso por la remakeadora. No os dejéis engañar: Martyrs “american style” no es muy diferente de la Martyrs francesa, y desde luego no es mejor. Más contenida en cuanto a violencia, con unos giros que desinflan las partes más dramáticas y, lo que es peor, buscando el happy ending, traicionando el espíritu de la original. Técnica y artísticamente es una película solvente: entretiene. Pero puestos a gastar hora y media de tu vida, mejor mira la original.
Sobre la una de la madrugada terminó mi jornada cinéfaga. Paseito hasta la cama y a conciliar el sueño, que el sábado se presentaba movidito.