La película comienza con la misión de un equipo de la NASA en Marte con el fin de recoger muestras de la superficie del planeta rojo. La tripulación se ve obligada a abandonar tras una tormenta que se lleva por delante a uno de sus miembros, al que dejan atrás dándolo por muerto. Al día siguiente, el astronauta Mark Watney, despierta en Marte solo ante la expectativa de morir de hambre y sed antes de que nadie pueda saber que sigue vivo. La magia de la historia reside en ser ciencia ficción centrada más en el hombre que en la ciencia. Es él ante un entorno hostil sobreviviendo con lo poco que este puede ofrecerle. Así, Mark Watney se convierte en un nuevo Robinson Crussoe que en todo momento mantiene una conversación con nosotros, sus Viernes, para no perder la cordura, mientras que exprime sus conocimientos e ingenio al máximo en los que delega como único modo de sobrevivir.
Y con una historia tan bien trazada, para la que Andy Weir investigó en profundidad con el fin de ser lo más exacto posible en temas de botánica y astrofísica, poco tenía que poner Drew Goddard de su parte, y, no obstante, además de estar ante una muy buena película de ciencia ficción, Marte (The Martian) tiene además incontables momentos de humor e ingenio y, si por si fuera poco, resulta didáctica, lo que convierte el trabajo de Goddard en un acercamiento fiel de la novela a los espectadores.
Quizá uno de los más difíciles trabajos de un director es manejar a un reparto numeroso, pero una película como Marte (The Martian), en la que se enaltece el trabajo en equipo, tiene además un reparto coral tan bien ensamblado que hace de sus personajes un todo carismático en el que ninguno desentona.
Por supuesto lo preside Matt Damon, que para eso filmó sus escenas solo durante cinco semanas en las que no tuvo contacto con el resto de compañeros de reparto. Damon ofrece una interpretación sólida y divertida en la que hace suya la personalidad optimista y aventurera de Mark Watney tan alejado del clásico héroe que acompañaría a una historia tan épica.
Tras su protagonista está el heroico equipo de científicos y astronautas que no cejan en su empeño de rescatar a su compañero. Resultaría imposible mencionarlos a todos, pero el reparto es un heterogéneo cuadro de actores de distintos géneros y medios, con más y menos experiencia en el cine y con nacionalidades dispares. El currículum de Jeff Daniels o Sean Bean con más de setenta películas cada uno choca con el de Mackenzie Davis, quien empezó en el mundo del cine hace tan solo tres años, y actores muy vinculados al drama como Chiwetel Ejiofor comparten escena con nombres de la comedia como Kristen Wiig o Donald Glover. Entre los compañeros de tripulación de Watney hay una buena representación de chicos Marvel: Kate Mara (Los cuatro fantásticos) Sebastian Stan (Capitán América: El soldado de invierno), Michael Peña (Ant-Man). Quedan fuera del club el noruego Aksel Hennie y Jessica Chastain. Tiempo al tiempo.
Marte (The Martian) es además técnicamente preciosa. Dariusz Wolski repite a las órdenes de Ridley Scott que ya le encargó la fotografía de Prometheus. Las escenas de nuestro planeta vecino fueron filmadas en el desierto de Jordania y los estudios Korda en Budapest y después se sometieron a un exhaustivo trabajo de postproducción adaptado luces y colores a una atmósfera menos terrestre y dotando de un tono anaranjado el cielo azul de Jordania. El resultado no es solo bellísimo sino que además contrasta con los azules y plomos de las escenas en la Tierra.
Admitimos clásico como animal de compañía.
Una maravilla de película, tanto técnicamente como narrativamente. Historia solida, personajes convincentes, ritmo perfecto y una duración larga pero que se hace corta. Una película para tener en cualquier videoteca de cine relevante en la historia tanto actual como de siempre.
Vi anoche la película y me divertí como nunca lo había hecho con una película espacial "seria". Creo que Ridley Scott ha demostrado que cuando no intenta ser grandilocuente es cuando realmente funciona. Se agradece que no caiga en lo recargado de otras obras espaciales recientes como Interestellar o Gravity. Del reparto esperaba un poco más de papel para Kristen Wiig, aunque me quedo con Sean Bean. Pero vamos, que sí, que es una película más que recomendable y que te hace olvidar que es del director de Prometheus.