Las críticas de Óscar M. en Nocturna 2014: The station
Una base científica aislada en mitad de las montañas, un perro y una entidad desconocida mutante que va acabando con los científicos y amenaza con destruir la sociedad humana. Sí, se parece peligrosamente al argumento de La cosa, y The station consigue recuperar totalmente su espíritu en lo que debió haber sido el remake y no lo que nos vendió el estudio.
También conocida como Blodd glacier, el argumento es básicamente el citado, si bien cambiamos a la entidad extraterrestre por un parásito descongelado de millones de años originario de nuestro propio planeta, la estructura es bastante similar y transmite igualmente el desasosiego del relato de El enigma… de otro mundo.
Tal vez pierde un poco la sensación de aislamiento de las anteriores al añadir más personajes conforme avanza la trama, pero la llegada de la Ministra (clavada a cierta política alemana) y sus acompañantes son un soplo de aire fresco (y un punto cómico muy deseable) para la historia.
The station cuenta con un presupuesto limitado y eso se nota a la hora de mostrar a los monstruos, por ello juega con el espectador en las escenas oscuras, mostrando sólo lo necesario y utilizando una banda sonora potente (y centrada en el terror) para conseguir que el espectador «rellene los huecos» y use su imaginación en lugar de abusar de los efectos digitales.
Es a la vez divertida y terrorífica, consigue que el espectador rompa a aplaudir y se ria de las manidas situaciones de las películas de terror (donde todo el mundo se limita a gritar y correr) ofreciendo lo que todos pensamos que deberían hacer los personajes (enfrentarse a los monstruos).
Es una lástima que el argumento de un giro a lo absurdo en su parte final, ofreciendo un poco deseable final abierto y que bordea el patetismo peligrosamente. Pero satisface como una nueva versión austriaca de la historia de El enigma… de otro mundo ofreciendo terror y entretenimiento con una mínima inversión en gore.