Tras 5 días de proyecciones, ayer concluyó la 18 edición del Festival de Cortometrajes La Fila, con una gala de clausura donde se dio a conocer el palmarés, y se entregaron los galardones.
El festival de cortometrajes internacional contaba con 39 cortos a concurso (1 fuera de concurso) en las categorías de ficción, documental y animación de países tan diferentes y distantes como Argentina México, Bélgica, USA, Francia, Japón, España. Ayer, a las 19,30 en la Biblioteca de Castilla y León (Valladolid), tuvo lugar la clausura con la asistencia de Pedro Solís, director de Cuerdas (corto de animación que ganó el Goya de este año), Francisco Ibañez San Emeterio, director de Cooki, Bob y otros perros del montón, y parte del equipo de la película Vocabulario de Sam Baixauli, como Fernando Gómez (productor ejecutivo) y Carlos Olalla (actor), entre otros.
El cortometraje Tú y yo, de Rafa Russo, se llevó dos menciones, el premio al Mejor guión, que tuve el placer de entregar yo mismo, y el premio a Mejor Interpretación Femenina, que cayó en manos de Anna Casas. El premio a Mejor Interpretación Masculina fue a parar, merecidamente, a Carlos Olalla por su interpretación en Volcabulario.
Los premios gordos, por decirlo de alguna manera, pues eran los que ganaban diploma y remuneración económica, eran los otorgados en las categorías de Mejor Corto Documental, Mejor Corto de Animación, y Mejor Corto de Ficción.
En la categoría de Mejor Corto Documental se alzó con el galardón La alfombra roja, de Iosu López, que nos traslada a los slums de India donde viven 158 millones de personas. Cada uno de ellos tiene un sueño, pero La alfombra roja se centra en Rubina, una niña de slum que cumplió uno de sus sueños del que tuvo que despertar muy pronto. Es la historia de gente que vive en condiciones de extrema insalubridad en cientos de barrios chabolistas en la India. Millones de niños juegan y se divierten entre basura, vacas, ratas y excrementos. Garib Nagar, en el distrito de Bandra, en Bombay, es el hogar de Rubina, una niña de 12 años que sueña con llegar a ser actriz y convertirlo en un lugar limpio y habitable. Un montaje impecable nos traslada de lleno a este slum, nos emociona con la historia de esperanza que surge entre la pobreza, y nos llena de ilusión al ver que los sueños pueden hacerse realidad, o al menos no desaparecen cuando las cosas no salen como se espera. Un galardón merecido para un equipo técnico que ha sabido encontrar una historia y plasmarla con la narración de su propia protagonista.
Cuerdas, de Pedro Solís, ha conseguido alzarse con el premio de Mejor Corto de Animación con su emotiva, bien narrada y perfectamente animada historia de Nicolás. En Cuerdas, la rutina de María en el colegio se verá alterada por la llegada de un niño muy especial. Pronto se convertirán en amigos inseparables, y tendrán una estrecha relación donde ni los problemas de Nicolás son impedimento para que María encuentre como divertirse juntos. Cuerdas nos cautiva desde la primera animación hasta la última nota musical de los agradecimientos finales. Pocas películas logran transmitir durante todo su metraje la intensidad y las emociones que despierta este cortometraje, quedando grabado en nuestra memoria, pues cada vez es más difícil que alguien logre conmovernos como lo logra Solís, basándose en una experiencia personal. Pero no sólo la historia es lo más importante en este cortometraje, pues la animación es excepcional, con un diseño de personajes encantador que nos enamora desde el primer instante.
Por último, y no por ello menos importante, Vocabulario se alzó con el premio a Mejor Corto de Ficción, cortometraje basado en la obra de teatro del autor valenciano Paco Romeu del mismo nombre, ganadora del premio Tirso de Molina 2012. Vocabulario se centra en Xiaoyan y Werner, dos personajes que ya no esperan nada de sus vidas, inician una relación de amistad que les llevará hasta lo más profundo de ellos mismos, armados con «palabras nuevas, palabras como flores» que les estallarán entre los labios, cargadas de un entusiasmo y una inocencia que ya creían, definitivamente, perdidos. Dirige el cortometraje Sam Baixauli, y cuenta en su reparto con Carlos Olalla, quien se alzó con el premio a Mejor Interpretación Masculina, y Huichi Chiu. En su corta duración trata temas como la amistad, la soledad, la ilusión y las diferencias culturales, pero ante todo es una historia de amor, de amor al lenguaje. La interpretación magistral de Olalla como un alemán solitario en España, que busca compañía tras una mala experiencia de su pasado, es el eje central de este corto en el que destaca la simplicidad de los planos, pero la gran complicidad de sus protagonistas.
Galardones todos ellos merecidos, que dejan muy alto el nivel de este Festival de Cortometrajes, y confiamos que el próximo año vuelvan a emocionarnos, divertirnos, y, sobre todo, marcarnos, con historias para todos los gustos.
Muchísimas gracias por esta crítica de algo tan necesario y hermoso como el Festival La Fila y por el cariño con el que has visto mi trabajo. Vuelan abrazos inmensamente agradecidos
Muchísimas gracias por esta crítica de algo tan necesario y hermoso como el Festival La Fila y por el cariño con el que has visto mi trabajo. Vuelan abrazos inmensamente agradecidos