Las 12 mejores películas del 2013 (por No es cine todo lo que reluce)

Último día del año, y momento de repasar las mejores películas del 2013. Hasta el momento hemos publicado nuestras listas individuales, y os hemos ofrecido, a nuestro parecer, las mejores películas del 2013 según nuestros colaboradores Carlos, Miguel, Fernando y yo mismo, pero ahora toca unificar criterios y publicar la que sería la lista oficial de No es cine todo lo que reluce.

Dado que suele ser difícil llegar a un acuerdo para elaborar una lista común de este tipo, hemos optado por dar una puntuación a cada película en las listas ya publicadas, de tal forma que la película que lidera la lista de las 12 mejores de cada uno de nosotros tendría 12 puntos, mientras que la que ocupa el puesto 12º sumaría tan sólo un punto. Así, sumando los puntos de cada una de las películas en cada una de las listas, y marcando prioridad a aquellas películas que aparecen en las listas de todos, o en la mayor parte de las listas, obtenemos las 12 mejores películas del 2013 de No es cine todo lo que reluce, y queda así:

1. Gravity, de Alfonso Cuarón

El director supo transportarnos al espacio en su odisea particular de la mano de una acertada Sandra Bullock, y de paso supo darle al 3D el uso que debería dársele siempre. Un viaje espectacular que todos deberíamos tener la oportunidad de experimentar en una sala de cine, y un giro de tuerca en lo referente a la inmersión del espectador en las mismas. Una experiencia visceral de sencillez narrativa pero gran complejidad visual que nos deja sin respiración agarrados a la butaca para evitar que la la ausencia de gravedad nos arrastre. Una experiencia inolvidable.

2. Django Desencadenado, de Quentin Tarantino
El maestro del descontexto nos transporta al salvaje Oeste como excusa para denunciar las barbaridades del esclavismo y en esa cruzada se atreve, por decir sólo un ejemplo, a sostener una de las escenas más violentas de su western con un rap. Esto sólo puede hacerse bien (para hacerlo mal hay muchas maneras) con un dominio absoluto de los códigos audiovisuales y una comprensión muy lúcida de la cultura occidental. Es una película entretenida, muy dura y violenta en algunos momentos, con lustrosos momentos de humor y repleta de los diálogos característicos con los que el director puebla los contactos entre sus personajes. Cristoph Waltz volvió a deslumbrar con un secundario fabuloso.

3. Rush, de Ron Howard
«Veinticinco hombres comienzan la Fórmula 1 y cada año dos mueren. ¿Qué clase de persona hace un trabajo como éste?», se pregunta Lauda al principio. Los que saben lo que pasa a Lauda conocen la gravedad de la cuestión. Rush mezcla con maestría glamour, sexo, inteligencia, velocidad, grandes interpretaciones y escenas que nos dejarán sin aliento, dejando claro que dentro de esos infernales vehículos hay hombres de verdad, que sudan lágrimas y sangre por ser los mejores.

4. Prisioneros, de Denis Villeneuve
Película oscura e inquietante, con hermosas escenas bajo una lluvia torrencial, que no es fácil de ver por la tensión que nos introduce, pero sí que es necesario verla por la gran calidad que tiene. Existe un tipo de ambigüedad sobre la violencia y sobre qué se supone que debemos sentir al respecto, siendo la película una mezcla evasiva de condena y exoneración sentimental.

5. 12 años de esclavitud, de Steve McQueen
Fascinante y épico relato repleto de fuerza y pasión, que tiene todos los ingredientes para convertirse en un clásico, en el que la historia combina a la perfección con el sonido y el montaje para crear una bella composición.  McQueen muestra con acierto el horror de la vergüenza de la esclavitud de Estados Unidos, pero no se olvida de enseñarnos la humanidad en la determinación de un hombre por liberarse y regresar con su familia.

6. La noche más oscura, de Kathryn Bigelow
La directora vuelve a dar en el clavo tocando uno de los temas más delicados para la sociedad norteamericana. Un relato crudo sobre la ambición, la venganza, la obsesión y el terrorismo que cierra con broche de oro y se aleja de panfletismos, aunque la verdad de todo aquello sólo la conozcan unos pocos. Una gran película, y casi necesaria. Buena fotografía y estupenda Jessica Chastain, además.

7. Mud, de Jeff Nichols
Un relato contemporáneo sobre la amistad, la confianza y el amor verdadero y la pérdida de la inocencia de la mano del mejor Jeff Nichols, y con la mejor cara de Matthew McConaughey, alejada de sus costumbristas papeles en comedias románticas. Resulta una excelente fábula que deja una agradable sensación en sus créditos finales.

8. Blue Jasmine, de Woody Allen
El cineasta recupera su mejor estilo, con un alter ego femenino interpretado por Cate Blanchett que logra un impacto emocional virtuoso, haciendo que sea uno de los mejores retratos del año. Sorprende cómo Allen logra que sus viejas ideas siempre sigan pareciendo frescas. Un relato sobre las altas esferas, la pérdida de poder y el egoísmo. De las mejores del neoyorkino sin lugar a dudas.

9. Trance, de Danny Boyle
La complejidad del subconsciente y el peso de las obsesiones y los miedos se mezclan en esta oscura historia de robos, traiciones, deseo y ambición. Ninguna película ha captado mi atención de esta manera este año, haciéndome recordar la impresionante Origen. Pese a las coincidencias con este título, se trata de una película original, de una enorme potencia visual para presentar un relato absorbente que me dejó absolutamente fascinado, atrapado en mi butaca, esperando el siguiente giro argumental en una vertiginosa persecución por los laberintos de la mente.

10. El lado bueno de las cosas, de David O. Russell
Este director ya pegó fuerte a principios de este año con esta película y fue reconocido su trabajo en forma de ocho nominaciones a los Oscars, de las cuales se llevó Jennifer Lawrence la estatuilla. Su conmovedora y diferente historia consiguió tocar la fibra de la crítica y llevó a que repitiera con los protagonistas en su próximo film American Hustle.

11. Una familia de Tokio, de Yoji Yamada
Si la imitación es la forma más sincera de adulación, Yamada no escatima esfuerzos para inclinarse ante su maestro Yasujiro Ozu. Es sorprendente cómo parece que veamos sets de rodaje de Cuentos de Tokio, así como algunos movimientos de cámara o planos, lo que provoca que toda la película tenga un aspecto anticuado, que para algunos será negativo, y para otros un gran homenaje.

12. Matterhorn, de Diederik Ebbinge
Se trata de una película redonda, perfecta tal cual está concebida, desternillante, capaz de descolocar al espectador que a ratos piensa que se ha colado en un camino directo al surrealismo pero termina aplaudiendo una tierna historia sobre la tolerancia sexual y religiosa. Aún sigo escuchando en mi cabeza la canción con la que se cierra la trama, un canto a la libertad personal que es un colosal punto de cierre para una propuesta muy divertida y cargada de mensaje.

Y ahora tan sólo toca comenzar a disfrutar de los grandes estrenos y las impecables producciones que nos depara el 2014, para ir tomando buena nota de cara a nuestra próxima lista, que confiamos cueste tanto como ésta hacerla, pues eso querrá decir que hemos visto mucho y buen cine.