Ayer por la tarde, en el Teatro Calderón, llenaron el escenario dos de los más grandes actores de la historia del cine español con motivo de la entrega de las Espigas de Honor que la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) les otorga este año. José Sacristán y Concha Velasco, que compartieron pantalla por primera vez en Relaciones casi públicas y, desde entonces, han llevado vidas casi paralelas, se otorgaron mutuamente el galardón.
Ledicia Sola fue la encargada de presentar la gala, donde, tras citar a los premiados de la tarde, se proyectó un vídeo sobre la trayectoria profesional de José Sacristán, quien tiene a sus espaldas una amplia lista de películas en las que ha participado tanto como actor como director, además de contar con varios premios entre ellos un Goya al mejor actor en 2012 por El muerto y ser feliz dirigida por Javier Rebollo. María Casanova y el director Pedro Olea subieron al escenario para dedicar unas palabras a Sacristán.
Posteriormente,Concha Velasco fue recibida con una impresionante bienvenida del público, y concedió a su compañero homenajeado la Espiga, entre los aplausos de los asistentes a la gala. En palabras de José Sacristán: «La Espiga de Honor es un honor en sí misma».
Fernando Méndez-Leite junto a Pedro Olea fueron los encargados de hablar sobre la actriz vallisoletana, y Sacristán volvió al escenario para hacer entrega del mismo premio recibido unos minutos antes por su amiga y compañera de la gala, Concha Velasco, quien dedicó unas palabras de elogio al actor, a Méndez-Leite, a Angulo, a Olea y al cine español.