Las Brujas de Zugarramurdi cuenta como un grupo de hombres
desesperados deciden atracar una tienda de «Compro oro».
Desgraciadamente, JOSE, el protagonista, tiene que llevarse a su hijo
Sergio, de ocho años, al atraco. Es martes, y como divorciado, martes y
fines de semana alternativos los pasa sí o sí con su hijo. ANTONIO, otro
de los atracadores, pierde el coche porque su mujer se lo ha llevado
para hacer la compra. Tienen el botín, una bolsa con 25.000 anillos de
oro, pero no tienen un pobre vehículo con el que escapar.
insatisfactoria. ¿A dónde huir? ¿A Marruecos? Difícil pasar con el taxi.
Deciden escapar a Francia, porque José, además, le ha prometido a
Sergio que vivirán en Disneylandia. Es incapaz de negarle nada. A todo
esto, la mujer de José echa de menos a Sergio, que debería estar en casa
a las ocho y media. Acude a la policía, pero los inspectores encargados
del caso no parecen controlar la situación como a ella le gustaría, así
que decide ir en busca de Sergio por su cuenta.
presentan a dos agentes inmersos en una misma operación que llevan
investigaciones paralelas para sus diferentes agencias. Ninguno de ellos
sabe que el otro es un agente federal encubierto. Desde hace 12 meses,
el agente de la DEA Bobby Trench (Washington) y el oficial naval de inteligencia Marcus Stigman (Wahlberg)
trabajan como infiltrados en una organización mafiosa que trafica con
drogas. Cada agente desconfía tanto de su compañero como de los
criminales que pretenden detener. Cuando su intento por infiltrarse y
recuperar millones de un cártel de la droga mexicano se descontrola,
Trench y Stigman se ven desacreditados por sus superiores. Cuando unos
les quieren entre rejas y los otros muertos, sólo podrán contar él uno
con el otro.