Por mucho que digan que se trata de una película basada en la primera novela escrita por Stephen King y publicada en 1974, para mí siempre será un remake, pues es difícil dejar de acordarse de la primera adaptación de la novela que llegó a los cines en 1976 y fue dirigida por Brian De Palma y protagonizada por Sissy Spacek y Piper Laurie. Recaudó más de 33 millones de dólares y se la considera la novena película que más ha recaudado de todas las adaptaciones de Stephen King llevadas al cine.
Carrie nos traslada a un barrio de Chamberlain (Maine) donde vive una madre profundamente religiosa y conservadora con su hija Carrie, madre que siempre la ha sobreprotegido y aislado de la sociedad, por lo que la chica vive marginada.
La profesora de gimnasia intenta proteger a Carrie de sus compañeras de clase, las cuales la humillan y amenazan, pero Carrie es invitada al baile de graduación por el chico más guapo de la escuela, aunque es un engaño para humillarla en público.
La ira que provocan en Carrie la llevará a vengarse de sus compañeros de clase usando sus poderes telequinéticos ocultos.