Una “variante” en las películas de viajes en el tiempo son aquellas en las que se producen varios viajes en el tiempo, a distintas épocas. En ellas el protagonista va viajando a lo largo de distintas épocas, ayudado de algún dispositivo más o menos extraño o extravagante. ¿Por qué todos hacen eso? Porque todos se inspiran en la gran obra de H.G. Wells, La máquina del Tiempo, sobre la que se basan para luego desarrollar las películas. En esta entrega examinaremos las dos más sobresalientes:
Recientemente se estrenó un remake, fruto de la pertinaz escasez de ideas del Hollywood actual, en el 2002, dirigido por por Simon Wells (bisnieto de H.G. Wells ), y con Guy Pearce y Samantha Mumba como protagonistas. Aunque elogiada por sus efectos especiales, y por una serie de detalles y conceptos, especialmente al inicio de la película, que la hacían potencialmente interesante, un irregular desarrollo de la misma, la convirtió en una película entretenida, de aventuras, pero que no conserva la frescura necesaria a lo largo de toda la película, y es una auténtica pena, porque bases tenía.