Un año más, Sitges vuelve a congregar a todos los aficionados al cine fantástico, de terror, o simplemente gore. Y esta vez, la película con comenzó su andadura en la jornada inagural fue Los ojos de Julia, un thiller dirigido por Guillem Morales, producido por Guillermo del Toro, y protagonizado por Belén Rueda. Su estreno está previsto para el 29 de Octubre en toda España, y, ya antes de que llegue al gran público se la ha calificado directamente de remake de la película El orfanato, del mismo director y productor. Sin embargo, la crítica no la ha acogido con disgusto en el Festival, y, con altibajos, ha sido bastante benigna con esta cinta.
El argumento es el siguiente: Julia (Belén Rueda), es una mujer joven con una enfermedad degenerativa en los ojos que la van dejando progresivamente ciega. Su hermana gemela, que sufría la misma enfermedad, se sometió a un tratamiento para recuperar la visión, y cuando la situación iba a mejorar muere trágicamente. Julia decide investigar los hechos que provocaron su muerte, mientras progresivamente va perdiendo la vista, ayudándose de su marido Isaac (Lluís Homar), que la acompañará en su «viaje a la ceguera».
La segunda jornada significó el relevo de un actor español por otro, entrando Eduardo Noriega como protagonista de la jornada, con la película Agnosia, una mezcla de thriller, suspense y amor a tres bandas, ambientado en la Barcelona de los primeros años del siglo XX. Aunque no tiene elementos de terror ni de fantasía, bebe de diversas fuentes del gótico, como los cuentos de Poe, y ha sido rodada en las calles de Barcelona y Cuenca, para darle dicho aire. Está dirigida por Eugenio Mira, y protagonizada por Féliz Gómez, Bárbara Goneaga y Eduardo Noriega.
También comentaros que el actor Vincent Cassel recibió el sabado, dentro del marco del festival, el Premio Honorífico del Festival Internacional de Cine Fantástico, en reconocimiento a su carrera profesional.
El actor ha aprovechado para presentar en Sitges la película Notre jour viendra, dirigida por Romain Gavras, y en la que Cassel interpreta a un psicoanalista sociópata y retorcido, que cree que la sociedad margina a los pelirrojos por el color de su pelo.