El Ministerio de Cultura ha decidido homenajear al director y guionista Álex de la Iglesia con el Premio Nacional de Cinematografía 2010, dotado con 30.000 euros, y que pretende reconocer la sobresaliente labor profesional durante 2009 del también director presidente de la Academia de Cine. Uno de los motivos aludidos por el jurado, presidido por el director general del Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Guardans, ha sido «su incuestionable trayectoria profesional, innovadora y transgresora, que sin duda ha enriquecido el lenguaje» del cine español.
De la Iglesia, en un comunicado de la Academia, se mostró «feliz y orgulloso» por el honor que supone el galardón, y manfiestó que a este elogio se le suma un componente de vergüenza, porque considera que hay personas que se lo merecen más que él.
Lo que en principio podria ser un motivo para no darle el premio, y es que es el presidente de la Academia de Cine, la ha resultado un punto a su favor, al reconocerle el Ministerio su papel al frente de la Institución y su «clara labor» a favor «del consenso y del acercamiento entre todos los que forman parte del cine español, y de ellos con la sociedad». Aquí hago un inciso, porque creo que de esto hay que hablar aparte, porque mientras por un lado el Gobierno se dedica a premiar los que facilitan «el consenso y el acercamiento», con la otra mano reparte y separa, y me refiero a la Ley del Cine en Cataluña (que si bien está dirigida por la Generalitat, el Ejecutivo central la apoya).
Álex de la Iglesia, artífice del reencuentro de Pedro Almodóvar con la Academia que preside actualmente, recibirá el premio el próximo mes de septiembre, dentro de la 57 edición del Festival de San Sebastián.
Fuente: El Mundo
Imagen: RTVE