La historia se centra en Scott Pilgrim, un chico de 24 años que vive en Toronto, bajista de una banda llamada Sex Bob-omb, desempleado y que sale con una chica de preparatoria de 17 años a falta de algo mejor que hacer. Empieza entonces a tener sueños en donde aparece una chica en patines y se obsesiona con ella, descubre un día que la chica con la que soñaba efectivamente existe y después de un tiempo empiezan a salir, es aquí cuando las cosas se complican horriblemente para Scott, pues para poder salir con ella tiene que vencer a los 7 ex-novios malvados de la chica.
‘Scott Pilgrim vs. the World’ ya tiene web y videoblog
Una película a la que muchos temen y otros ansían es Scott Pilgrim vs. the World. Quizás algunos no conozcáis la obra a la que adapta, pero os diremos que es uno de los cómics de culto más relevantes de los últimos tiempos, creados por Bryan Lee O’Malley.
Ahora podéis visitar la web oficial de la película, inaugurada recientemente, donde han comenzado por poner el primer videoblog (que os dejamos aquí mismo) y donde poco a poco conoceremos más de la adaptación.
Los personajes del cómic estarán encabezados, en su versión de imagen real, por Michael Cera y Mary Elizabeth Winstead. Edgar Wright se encarga de dar, con su dirección, el toque de humor y acción necesarios para no defraudar. Cuando veamos algo más de esta secreta adaptación os informaremos. Por ahora seguimos en shock con la última versión de un cómic, pues Dragon Ball nos ha dejado marcados por mucho tiempo.
INTERESANTISIMO TU BLOG… ME HA IMPRESIONADO… VOLVERÉ….
Siempre es un placer leer este tipo de comentarios… un saludo Vivir.
No se que es esto de Scott Pelegrin pero estoy hasta los mismisimos de él… no hacen más que hacer referencias en todas las páginas americanas… todos los días con la mXXXX del scot pelegrin… y no se porque pero me da que es un pedazo de basura importante.
Realmente a mí me sorprendió gratamente conocer esta novela gráfica que, a pesar de no ser de una calidad de dibujo impresionante, las historias enganchan… leetelo, Obispo, y me cuentas…