sábado, febrero 24, 2024

‘Ponyo en el acantilado’

Las críticas de Davicine: Ponyo en el acantilado

El Studio Ghibli, con Hayao Miyazaki al frente, ha vuelto a lograr la película perfecta de valores y amor por la naturaleza y por los demás, ideal para niños y no tan niños que no necesiten de grandes alardes visuales para disfrutar en el cine.
Han pasado muchos años desde que Mi vecino Totoro me captara como seguidor de este estudio de animación que ha logrado grandes joyas animadas y ha conseguido que le lleguen a llamar el Disney japonés,… pero para muchos Disney hace tiempo que se quedó por detrás de Ghibli, sobre todo en los valores.

En Ponyo en el acantilado se nos presenta una visión muy particular del clásico cuento de la Sirenita, con un mundo lleno de color, aunque menos detallista que en anteriores películas y con unos personajes que nos demuestran y enseñan los valores que estamos perdiendo a través de su gran humanidad, todos ellos llenos de amistad y amor sin sitio para el odio ni la enemistad. Todos los valores que el cuento original quería plasmar lo logran traer de nuevo a nuestro tiempo a través de una animación muy clásica y llamativa. Fantasía y frescura, infantil o no, que rebosa en todas las escenas de la película.
Desde el inicio, con una introducción de animación clásica en estado puro, sabemos lo que nos va a ofrecer la película. Hemos tenido que ver La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro y otras obras mayores del propio Miyazaki para retornar, en pleno año 2009, a una película que recupera perfectamente el espíritu de Mi vecino Totoro, donde la tradición que envuelve la magia y los dioses japoneses se encuentran con un cuento infantil lleno de sentimiento. Inocente es el termino con el que clasificaría la película, que muchos crticaran por ese motivo, pues a veces la inocencia se acompaña de simplicidad, pero no hay que complicar las cosas cuando buscamos enseñar valores a los más pequeños. Con las anteriores películas anteriormente citadas necesitabamos de cierta madurez para captar el mensaje que nos transmitía, pero todo eso ha quedado atrás en esta cinta donde, inspirado por el nacimiento de su primer nieto, Hayao Miyazaki ha decidido volver al minimalismo, a la minima expresión, a los gestos y colores más sencillos para crear un mundo en calma y armonía, sin llegar a las excentricidades que suelen acompañar sus películas y que, aunque sin faltar en la parte final de la que aquí tratamos, no forman un todo como era de esperar antes de entrar en el cine.

Técnicamente supone volver atrás en el tiempo, no por la ausencia de ordenadores en su desarrollo, que así es, sino por el diseño de personajes, más acordes al diseño de los 70 que a las últimas películas de Miyazaki, pero que no desmerecen y le dan el toque necesario para que un niño sonría con la encantadora Ponyo, en cualquiera de sus estados, y con Sosuke, el niño del que se enamora, que emana bondad por todos sus poros. La creación del mar de forma artesanal es magistral, destacando la introducción donde vemos a medusas y demas seres marinos moverse por el mar con una facilidad solo lograda gracias al trabajo de animador rústico del Studio que, ante todo demuestra que no necesitan de ratones y teclados para llenarnos la pantalla de movimiento. Tenemos en todo momento seres en pantalla, no solo en primer plano, sino acompañando a los protagonistas en sus aventuras, como si de una fondo innecesario se tratara, pero que es vital para la sensación de vida y de naturaleza que quiere transmitir.

Como es habitual en las obras de Ghibli es Joe Hisaishi el encargado de dar sonido a la película, con temas clásicos y reminescencias de Wagner en las partes mas impresionantes. Una banda sonora a la medida de la obra, como lo hace siempre que colabora con Ghibli y ya forman una unidad imagen y sonido gracias a su gran arte como compositor.

Una sencilla historia, aunque llena de amor y detallista hasta el extremo. Seres mitológiocos que nos acompañaran en nuestros sueños como lo hiciera Totoro hasta nuestros días en lo que podríamos llamar una pequeña obra maestra para la animación infantil, tan tecnificada en los últimos años y tan necesaria en nuestros días donde desde el color y la fantasía nos enseñan los valores perdidos en una era en la que pensamos que el trabajo artesanal no nos puede sorprender, pero Miyazaki nos demuestra que estamos equivocados.

Lo Mejor: la simplicidad con la que trata los temas vitales de los problemas en la naturaleza.

Lo Peor: que hayan pasado tantos años entre Mi vecino Totoro y Ponyo.

5 COMENTARIOS

  1. Ah… cuando a alguien le pique el bichito Ghibli ya no hay como curarse. Yo también soy fan acérrimo de este estudio desde Nausicaä.
    Cuando vi Ponyo por primera vez la vi en japonés crudo y duro. Sin ningñun subtitulo, y tan visual es que entendí perfectamente de que iba y me la pase muy bien. La secuencia en la que Ponyo regresa a la casa de su amigo, acompañada de una variación de las Valquirias de Wagner es impagable.
    ¡Que suerte tienen algunos, que pueden ver cine de Miyazaki en pantalla grande!

  2. Jorge Thomas: yo siempre intento ver las películas de Miyazaki en VO, tanto si legan como si no a España, pues gracias a ciertos contactos en Japón me hacen llegar los DVDs, y he de decir que suelen ganar mucho las películas tal y como fueron pensadas, en japonés. Espero que por tu país acaben legando películas de Ghibli a los cines…

    Alex: Lástima que no pudiera verlo ayer en Caja España, me hubiera encantado. Ya lo he visto online y como siempre me encanta tu iniciativa, tu saber estar y t esfuerzo, que seguro será recompensado con la fama que mereces. Cuando quieras cuenta con mi Blog por si quieres presentar algun corto o hacer algo en conjunto.

    Susy: No te preocupes, que no se lo contaré a nadie. Yo ya te digo, y no es secreto, que soy fan de Miyazaki desde los 80, desde mi niñez… y no pienso cambiar aunque el estilo parezca infantil. Me parece un Studio de animación que sabe tratar los problemas de la naturaleza y de los sentimientos humanos con una facilidad increíble y siempre cuidando los detales más pequeños…

    Un abrazo a todos…

  3. Es definitivo que Miyazaki ha tracendido a la escencia misma del cine de animación.
    A partir de él, siempre se hablará de un antes y un después de.
    El cine como todo arte, debe pugnar por manifestar la idea del creador en cuestión, que admirable que en estos tiempos aún haya quien se esfuerce en mostrar un mundo con solución.

    Miyazaki tiene mi beneplácito y mi respeto total.

    Saludos.

    Y 2046

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