Algo así pasa en esta entrega, donde la momia no es momia, Egipto es China, los enemigos resultan ser guerreros de terracota, los yetis son colegas y el único que se mantiene es un Brendan Fraser hastiado de si mismo y un John Hannah que desde el homosexual de Cuatro bodas y un funeral se vende por cuatro perras gordas, aunque sea el único que se asemeja a las anteriores entregas.
Ya olía mal el proyecto al rechazarlo Rachel Weisz, una reminiscencia del rechazo de sir Sean Connery a eso llamado Calavera de cristal.
Y es que en año de olimpiadas chinas nos han querido tomar por chinos, y nos pasan del antiguo Egipto a China, ahí es nada.
No habría nada que objetar si mantuviera cierto espíritu de aventura, la búsqueda del héroe, el viaje por el desierto, el objeto ominoso… que existe pero es como si no estuviera.
La película nos presenta a la aburrida pareja en su mansión, que tras la Segunda Guerra Mundial tras haber espiado del bando aliado (tal vez fueran compañeros de espionaje de cierto doctor Jones, no os parece?) se han retirado a descansar.
Hartos de su vida y matrimonio palaciegos se les encomienda llevar un sagrado objeto a China, donde casualmente sin que ellos lo sepan esta su hijo haciendo una excavacion… exacto, el niñato impertinente de la segunda parte ha crecido, y a éste le debieron dar toda la caja de petisuises a la vez porque mas bien parece el amante de la desafortunada sustituta de Weisz, que debería ser su madre, y el colega de parranda de Fraser, que parece preguntarse a cada segundo que hace ahí.
Bien, una vez en China van a visitar al hermano díscolo de Evelyn que tiene un bareto llamado (como no) Imhotep… pobre sacerdote, como le echamos de menos.
El caso es que en este punto de la película parece querer mimetizarse con otra saga arqueologica que ha tocado fondo recientemente, pues en el bareto de Shangai hay espectaculo musical que acaba en tiroteo contra los mafiosos chinos, escenas padre-hijo (algo lamentables) que podrían haberse rodado en un zeppelin, traiciones de amigos que trabajan para los malos…
En fin una burda copia de los 3 primeros y magistrales episodios de Indiana Jones, sin embargo la ausencia total de aventura y misterio, la falta total de carisma de los protagonistas (ni los que repiten ni los nuevos) un malo, Jet Li, que no le llega a la suela de los zapatos a Imhotep…
Se creen que pueden envolver esto, sazonarlo con un par de orientales atractivas y ale, a correr.
Para buscar ciertas semejanzas con sus predecesoras, en lugar de los guardianes momificados que aterrorizaban a O´Connell han puesto a unos Yetis que son amiguetes y les ayudan… en fin, lamentable.
De ahí ha recuperar el objeto robado por cierto general chino para un Emperador que, como no, habla el mandarín de hoy en día y a matar guerreros de terracota, que como están hechos de barro duran bastante menos que las momias, acompañados de dos chinas que pasaban por ahí y que de paso beben del agua de la fuente de la juventud que las vuelve inmortales… vamos, que solo falta el Cáliz Sagrado y un Templario por allí cerca.
Cuando a menos de la mitad de la película estas mirando el reloj para ver si acaba… no son buenas noticias, y ésto es lo único que se puede decir de esta desafortunada entrega, que ni con los parches se salva lo mas mínimo; Maria Bello intenta cumplir, pero el cambiar un personaje de la trama así por las buenas hace mas mal que bien, Fraser parece estar pidiendo el cheque para largarse, por mucho que sobreactúe en las escenas con su hijo, Jet Li no da una mala patada en toda la película, y los fichajes de Michelle Yeoh y Isabella Leong no aportan nada.
Lo peor de todo es que Luke Ford osea el niñato crecido impertinente, se postula para ser el que continué la saga de sus padres… esperemos que la tradición familiar termine aquí.
Valoración: 3,5 / 10
Madre mía, no dejas títere con cabeza. Recordar a nuestros lectores que nuestro Blog no se responsabiliza de las opiniones vertidas por sus colaboradores…
No obstante respeto y apoyo perfectamente tu crítica, aunque en general es una película hecha para divertir al personal y salir del cine sin mas preocupaciones que las de buscar tu coche para volver a casa… por lo que tampoco le pidas demasiado (no como a Indy, que si que teniamos que pedirle mas y mejor).